viernes 29 marzo
EL REPORTAJE  |   |

Al calor de las velas

Cáritas confirma que se ha incrementado un 50% la solicitud de mantas y ropa de abrigo en la provincia, mientras que 158 granadinos han pedido ayuda a Cruz Roja en los dos últimos meses para pagar el suministro eléctrico

Al calor de las velas

Muchos granadinos no pueden hacer frente a la factura de la luz.Foto: Álex Cámara

¿Alguna vez se ha planteado cómo sería su vida al calor de las velas? Es decir, en el hipotético caso de no poder hacer frente a la factura de la luz –algo nada descabellado teniendo en cuenta su precio actual-, ¿cómo cree que se enfrentaría al día a día? No parece muy complicado responder a esta pregunta, pero sí lo es tener que vivir completamente a oscuras y con la única fuente de calor de un cirio. La pobreza energética es una realidad que afecta, cada vez, a más personas. Francisco García, vecino de Cájar, es un ejemplo de ello. Él ha tenido que buscar recursos de donde no los había, hasta que un anónimo de La Zubia le ha ayudado a pagar la luz del mes.

“Imagínate lo que es no poder prepararles a tus hijos algo de comida caliente con el frío del invierno, aprovechar hasta el más mínimo resquicio de luz que entra de la calle, estar con las velas encendidas desde que anochece hasta que amanece, y  aferrarte a una manta como si se fuese a escapar si relajaras las manos. Todo, porque no puedes encender el brasero, la calefacción o cualquier otro aparato que funcione con electricidad”, dice el hombre apenado mientras señala un dispositivo de aire acondicionado que nunca ha podido enchufar.

El caso de este padre soltero, con dos hijos de 14 y 16 años y siete años en paro, no es aislado. “No quiero engancharme al contador de la comunidad o al del barrio, mis vecinos saben cómo soy. Tampoco quiero obligar a mi familia a que me saque de ésta, porque la crisis también les ha afectado”, comenta Francisco con la mirada perdida.

Según los datos de los Servicios Generales y Atención a Territorios de Cáritas, “en 2013, se produjo un incremento del 50% en la solicitud de mantas y ropa de abrigo con respecto al año anterior aunque, dado que las donaciones de ropa de caballero, niño y cobertores son escasas, se complica bastante cubrir la demanda existente, tanto de Cáritas Diocesana de Granada como de Cáritas Parroquiales”. “De igual modo –continúan fuentes de la organización en la capital-, también ha aumentado el número de solicitudes de pago de luz y agua. Sabemos de familias que se ven obligadas a depender de velas como medio paliativo ante los cortes de luz, pero no solo para ver, sino para calentarse las manos”.

Por su parte, Cruz Roja confirma que, en los dos últimos meses, 158 granadinos (82 en enero y 76 en febrero) les han pedido ayuda “para costear la factura eléctrica, así como agua, mantas y ropa de abrigo”. Tal y como indican desde el Departamento de Intervención Social de la entidad, “estas peticiones se están resolviendo con recursos propios de Cruz Roja y donaciones. Además de los donativos de particulares, también han llegado mantas de dos hoteles de la capital que querían cooperar”, recalcan los responsables del departamento.

Al calor de las velas

Muchos granadinos no pueden hacer frente a la factura de la luz. Foto: Álex Cámara

A nivel autonómico

Pese a que no existen estudios específicos sobre pobreza energética en Andalucía, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que las personas con dificultades para hacer frente a recibos -diferentes a alquiler e hipotecas- en la comunidad autónoma son un 6%. Junto a ello, este problema suma también a quienes no pueden permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos, que en Andalucía son un 10%, frente al 7% de media en el país.

De la Encuesta de Condiciones de Vida del INE se extrae que, en 2012, se produjeron 400.000 desconexiones a la red eléctrica en Andalucía y desde enero de 2011 a diciembre de 2012, según la información suministrada por los distintos distribuidores eléctricos, se ejecutaron 510.864 cortes de luz en hogares andaluces.

Conforme a la explicación de uno de los responsables del nodo andaluz de la ‘Plataforma por un Nuevo Modelo Energético’, José Larios Martón, “es necesario elaborar un diagnóstico real de la situación. Ni en Andalucía, ni en el resto del Estado, existen datos específicos que nos permitan conocer cualitativa y cuantitativamente el impacto de la pobreza energética. Es por eso que las diferentes administraciones implicadas deberían hacer estudios que contribuyan a caracterizar el problema, lo que pondría de manifiesto el perfil socioeconómico de las personas afectadas, mejoraría la calidad de los datos primarios y se identificarían más en profundidad las relaciones de causa-efecto de este tipo de pobreza”.

Entre las principales causas que provocan a este problema están las bajas rentas -y rentas que van en descenso-; los altos precios de la energía, ya que desde 2002 a 2012 han subido un 104%, según los datos de Eurostat; y la mala calidad de los edificios, “un problema estructural que afecta a gran parte del parque de viviendas de nuestro país, puesto que más del 50% de las viviendas fueron construidas antes de que se aplicara cualquier normativa de regulación térmica”, apostilla Larios Martón.

¿Soluciones?

Como medidas de prevención, el responsable del nodo andaluz, hace hincapié en que es preciso asegurar el suministro mínimo “para soportar necesidades básicas, igual que tienen establecidos otros países como Francia”. “También –prosigue- se debería promover la autoproducción energética en viviendas y comunidades de vecinos, facilitando la instalación de paneles solares térmicos, para agua  caliente, y fotovoltaicos. Además, hay que negociar con las compañías energéticas para que adopten medidas de responsabilidad social corporativa, implicándose en la lucha. No se entiende que corten el suministro por impago, cuando adoptando tarifas especiales pueden mantener niveles más bajos de impago”.

Porque los datos solo se quedan en lo que son, fríos números y distantes porcentajes a los que no se les pone cara, la Plataforma de un Nuevo Modelo Energético persevera para que casos como el de Francisco de Cájar o el de otros muchos, se queden en una mala anécdota. “El acceso a la energía es necesario para una vida digna”.

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