viernes 19 abril
LA CRÓNICA HORIZONTAL   |   | Luis F. Ruiz

¿Arrivederci Pina?

El último partido de la temporada deja un sabor a despedida del artífice del retorno a la élite · Adiós también al último superviviente de los ascensos · La fiesta azulgrana, una anécdota para el granadinismo

Algunas de las pancartas que aparecieron en las gradas. Foto: Álex Cámara

Algunas de las pancartas que aparecieron en las gradas. Foto: Álex Cámara

El partido ante el FC Barcelona dejó un sabor agridulce en las gradas. Dulce porque el encuentro se disputaba con la calma que da tener la salvación en el bolsillo. Agrio por las connotaciones de despedida que iba a suponer el encuentro, toda vez que parece que la familia Pozzo tiene decidido, por ahora, vender el equipo.

Casualmente, un estadio que cuenta con unas medidas de seguridad de Primera División, que además no se abre hasta las 4 de la tarde, apareció con diversos carteles y lonas en las que se podían leer mensajes de apoyo al todavía presidente del Granada CF y recordando a la familia italiana que los sentimientos "no se venden".

Y es que en Granada, lo de vender y comprar, en base a equipos de fútbol, es algo que se tiene muy en mente. El propio Pina fue capaz de vender el Ciudad de Murcia para que el Granada 74, entonces enemigo público número uno de los granadinistas, jugase en Segunda División.

También hizo lo propio el Guadix con el Granada Atlético para un proyecto que presumía de ser la panacea para salir de la crítica situación futbolera de la ciudad.

Pina y Mainz, dos iconos del granadinismo de los cuales uno se va seguro. El otro... Foto: Álex Cámara

Pina y Mainz, dos iconos del granadinismo de los cuales uno se va seguro. El otro... Foto: Álex Cámara

Sin ser la misma circunstancia, la más que presumible venta del club granadinista -sea a unos inversores asiáticos o al propio Pina- lo cierto es que deja un escenario de incertidumbre. Sin saber si todo volverá a ser como hasta ahora o cambiará, para mejor o para peor.

El tono de despedida no solo estuvo presente en el palco de Los Cármenes, sino también en el césped, donde Diego Máinz recibió un afectuoso homenaje antes del inicio del partido ante el FC Barcelona. El último superviviente desde la etapa de Segunda B recibió la calurosa ovación de la que ha sido su casa desde hace siete años.

Y entre todo esto, la fiesta del FC Barcelona, que casi que fue una anécdota para los que de verdad fueron a ver al Granada CF. Los que probablemente fueron a Loja, a Quintanar del Rey o a Santa Fe.

El título de Liga, salvo para los que estaban disfrutando de la fiesta azulgrana como culés que son, no está justificado que se celebrase en Granada por parte de los que llevaban camiseta rojiblanca y no la lucían para vestir de granadinismo sus sentimientos merengues.

El día que en esta ciudad, en el panorama futbolístico, se entienda que lo primero ha de ser el Granada CF se habrá conseguido arraigar por sí solo un proyecto que se tambalea. Incluso cuando Pina empieza entonar un 'arrivederci' que nadie quiere. El tiempo dirá.

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