El miedo impide la lucidez
El Granada CF cede un empate en su estadio ante el Sporting en un encuentro en el que solo tuvo una ocasión clara de gol, aunque llevó la iniciativa durante gran parte del encuentro · La portería queda a cero por primera vez este año
Kravets intenta aprovechar sin éxito un remate que detiene el Pichu Cuéllar. Foto: Álex Cámara
FICHA DEL PARTIDO
Granada CF: Ochoa; Tito, Vezo, Lombán, Gabriel Silva; Angban (Javi Márquez, 71'), Uche, Pereira (Atzili, 79'), Cuenca; Ponce (Bueno, 45') y Kravets.
Sporting: Cuellar; Lora, Juan Rodríguez, Meré, Lillo; Sergio Álvarez, Rachid (Nacho Cases, 60'), Moi Gómez, Burgui (Víctor Rodríguez, 81'); Carlos Castro (Viguera, 70') y Cop
Árbitro: Vicandi Garrido (Vasco). Amonestó a los locales Cuenca, Uche, Kravets y Angban; y al visitante Sergio Álvarez
Incidencias: Encuentro disputado en el Nuevo Estadio de Los Cármenes ante 14.622 espectadores
Cuando un equipo está en la parte de abajo de la clasificación, el miedo que va de sumar al menos un punto a sumar cero impide en la mayoría de ocasiones mostrarse como realmente se pretende o, al menos, se debería.
El Granada CF no ha mostrado ante el Sporting su mejor versión posible, si bien ha reconducido algunos de los males endémicos que viene arrastrando desde la primera jornada, aunque no los suficientes para cosechar el primer triunfo de la temporada ante el penúltimo de la clasificación.
Tanto granadinos como asturianos han hecho méritos propios del por qué están en la parte baja de la categoría y por qué ambos arrastraban una situación compleja en cuanto a resultados, aunque a los de Abelardo Fernández el empate le supo mejor.
Y es que el equipo de Lucas Alcaraz siempre trató de ser el que llevó la iniciativa desde el primer momento, aunque se encontró un encuentro en el que trenzar jugadas era prácticamente imposible, la delantera estuvo totalmente desaparecida y la única gran ocasión llegó en la cabeza de Vezo.
El central remató un saque de falta botado por Pereira tras regresar de vestuarios, pero se encontró con un inspirado Pichu Cuéllar que metió la mano para enviar la pelota a córner y evitar que el guión del partido dejase de ser soporífero.
Es esta la palabra que mejor define un encuentro en el que Alcaraz empleó una alineación en la que apostó por Uche y Angban como novedosa pareja en el centro del campo; en la que Kravets compartió por vez primera alineación con Ponce y en la que Cuenca y Pereira repitieron en las bandas.
Pero nada salió según lo previsto. La primera parte apenas dejó destellos para recordar. Sin ocasiones en ninguno de los dos equipos, el choque en los primeros 45 minutos tuvo solo llegadas lejanas y sin fundamento que no inquietaron a los porteros de ambos equipos.
Tras la reanudación, la entrada de Bueno por Ponce no encontró el efecto esperado y solo un espejismo dejó entrever a un Granada CF mucho más atrevido, aunque la llama se apagó pronto. Tras la mencionada ocasión de Vezo el Sporting también tuvo su ocasión.
En este caso fue Carlos Castro el que en un mano a mano con Ochoa no fue capaz de definir en el minuto 61 de partido. Fue la única llegada con verdadero peligro de los visitantes.
De ahí al final, demasiadas imprecisiones y falta de oportunidades para uno y otro hasta que en el último suspiro del partido los visitantes pudieron marcar. Cop y Viguera se hicieron un lío y ninguno de ellos metió la pierna para rematar un balón que dejaba a los pies de los caballos a Ochoa.
La fortuna se alió con los granadinistas en esta ocasión, en el mismo minuto en el que habitualmente se pierden los partidos. En el mismo en que se encajan los goles que más duelen. Quizás algo ha empezado a cambiar, aunque por ahora todo sea tan imperceptible que cuesta agarrarse al optimismo.
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