Del 'Subte' de Buenos Aires al Metropolitano de Granada
Centenares de personas se echan a la calle para probar el nuevo medio de transporte que se ha estrenado este jueves entre una gran expectación
Uno de los vagones del Metro a punto de dejar a los viajeros en una de las estaciones. Foto: Álex Cámara
La persiana de la boca del Metro de Recogidas comenzaba a subir a las 12.00 horas, puntual a su cita. Instantes antes, la gente ya comenzaba a agolparse en los alrededores porque no querían dejar pasar la oportunidad de "ver cómo funciona esto".
Las primeras preguntas al personal contratado para guiar a los usuarios no se hacían esperar, y la mayoría de ellas estaban relacionadas con el procedimiento para hacerse con un billete.
Mayores, y no tanto, comenzaban a bajar las escaleras con gran expectación, eso sí, sin perder de vista el nuevo espacio que se extendía al final de las mismas. Mientras unos comenzaban su experiencia peleándose con las máquinas de comprar los tiques y resolviendo sus dudas con los guías, Roberto y Andrea, ya habían pasado el torno y encaraban la escalinata que les conducía a un espacio bastante familiar para ellos.
Este matrimonio de Buenos Aires, afincado en Atarfe, se convertía en el primero que pisaba, en la estación de Recogidas, uno de los 12 trenes del Metro puestos en marcha este jueves.
Entre risas y buenos augurios, la pareja tomaba asiento y recordaba con nostalgia el 'Subte' de esa tierra suya. "Allá, prácticamente todo el recorrido se hace subterráneo, de ahí que lo llamemos 'subte'. En una ciudad con siete millones de habitantes la verdad es que un medio de transporte así es muy útil. Nosotros venimos de Atarfe, donde vivimos, y ojalá llegase hasta allí", comentaba Andrea mientras su esposo contaba que precisamente había trabajado en la empresa que realizó el túnel por el que estaba pasando.
En su caso, probaban este medio de transporte para comprobar si su hija, de 15 años, podía viajar de forma segura este viernes para llegar al Nevada, sin duda una de las paradas que más juego dará en el recorrido del Metropolitano.
16 kilómetros, 26 paradas
Pero la suya, no fue la única historia del día. En cada parada, una nueva. María, vecina de Maracena, se montaba en uno de los vagones en Méndez Núñez. Su destino: Maracena. El entusiasmo era evidente y lo compartía con otros pasajeros sentados próximos a ella. "Pues yo este fin de semana ya tengo una excursión con los niños", decía María con esa sensación que da cuando se estrena algo.
También Carmen y Aurora prestaban atención al recorrido y, sobre todo, al tiempo que tardarían en llegar a Albolote, el final de su viaje. "Esto va a ser muy cómodo para cuando queramos acercarnos a la capital. Hemos tardado 23 minutos", manifestaba Carmen.
Entre las dudas más frecuentes, la forma de adquirir el billete y qué tarjetas se pueden emplear para acceder. De hecho, en la última parada del municipio alboloteño, ese fue uno de los problemas a solventar por la metroguía ubicada en esta localización.
Una de las anécdotas del primer día fue precisamente que la máquina para obtener el pase no funcionaba. Después de diez minutos de espera, en los que no tardó en aflorar esa que llaman 'malafollá granaína', los ánimos se han calmado con el anuncio de la llegada del Metro.
Algunos de los que se habían bajado para fumarse un cigarro, se disponían a volver con el mismo ánimo con el que subieron: "Sabía dónde me montaba, pero no dónde me iba a dejar. Lo que tenía claro era que a donde llegara, me tomaría una cerveza", afirmaba Paco entre risas, acompañado por su amigo.
El de este jueves fue uno de esos días para recordar y, sobre todo, para probar y disfrutar. Eso sí, sin olvidar ese toque único granadino, a medio camino entre la ironía y la sorna, que recibió por vez primera al Metropolitano. "¡Bienvenido!".
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