viernes 29 marzo
EMBALSE DE CUBILLAS  |   |

El Cubillas, de pantano a vertedero

Basura y naturaleza se entremezclan en el entorno del embalse, una de las zonas recreativas más conocidas del Área Metropolitana que, sin embargo, carece de "servicio de recogida de residuos"

La suciedad en el pantano de Cubillas no es un asunto tapado. "Le recordamos que no existe en la zona servicio de recogida de residuos". Este es el cartel que recibe a los visitantes de una de las zonas recreativas por excelencia en el Área Metropolitana. En la misma plancha metálica, con el sello de la Junta de Andalucía, se ruega llevar los desperdicios al "contenedor de su población".

Desde la entrada al recinto, presidida por un monolito de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, las bolsas de plástico que se entrelazan en los matojos anticipan lo que viene luego, que no es sino el reflejo de dos disfunciones. Por un lado, el paseo hace patente la necesidad de que alguien se haga cargo de la limpieza; por otro, uno de los colectivos perjudicados, el de los visitantes, parece ajeno a que es al mismo tiempo víctima y verdugo.

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Varios carteles advierten de la ausencia de contenedores. Foto: J. Morales.

Entre los términos municipales de Albolote y Atarfe, en plena Vega de Granada y a las faldas de Sierra Elvira, se inició la construcción del pantano en el año 1939, aunque no fue hasta avanzado 1955 cuando el agua del río Cubillas comenzó a inundar el secano, propiedad del Gobierno central. Tiene capacidad para 17,8 hectómetros cúbicos, es decir, 17.800 millones de litros de agua.

Según la ficha que presenta el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, están permitidos usos recreativos como la pesca, la navegación, 'pic-nic', restaurantes, baño, club de tiro, tenis, fútbol... En el entorno, los campos de olivos lindan con los márgenes del embalse, en los que toman protagonismo pinos o abetos. Entre la vegetación conviven especies animales "catalogadas de interés". No es difícil encontrar a simple vista ardillas o patos.

Junto a la orilla, animales y basura comparten espacio. Foto: J. Morales.

Junto a la orilla, animales y basura comparten espacio. Foto: J. Morales.

La estampa es idílica y hasta el calor de agosto pica menos en la orilla del Cubillas. Un camino nutrido de aparcamientos permite acceder en coche casi hasta la orilla. Pero metro a metro, conforme el agua se acerca, las bolsas de plástico dejan de ser un problema. Llegan las zapatillas, colchones, los preservativos, libros, sábanas, alfombrillas... Todo en cantidades ingentes. Vienen a la cabeza 'botellones' multitudinarios y acampadas de meses; para qué si no el colchón. Hay un sillón rojo en primera línea y cerca del chiringuito.

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Colchones, sábanas o sillones aparecen entre los árboles. Foto: J. Morales.

Porque el Cubillas tiene hasta chiringuito. Mesón Restaurante, según el luminoso. Se llama Los Torres y, a su modo, también sufre las consecuencias de la basura. "Estamos indignados de ver cómo está esto y cómo lo tienen de abandonado. Como empresario me está afectando mucho". Son palabras de Francisco Torres, el gerente del local. "Usted viene aquí y, con todo lleno de basura, no le apetece quedarse ni disfrutar de este sitio tan bonito".

En los ocho años que han corrido desde que tomara las riendas del negocio, Francisco ha notado "muchísimo" el deterioro progresivo de la zona. "Cuando yo cogí este bar esto estaba limpio. Aquí venían todos los días de la semana tres personas a recoger", recuerda el camarero. "Luego se acabó el presupuesto, según ellos, y no han vuelto más". Él ya ha contactado con el Ayuntamiento de Atarfe, que rebota el balón a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. "Entre uno y otro, y la casa sin barrer", bromea Francisco Torres.

Desde la valla que separa su recinto del resto del terreno detalla el uso de algunos inmuebles situados, como el sillón, en primera línea. Un club náutico en ruinas, con su embarcadero y todo, que según el empresario pertenecía a la Universidad de Granada, otro bar o una casa y finca contigua de propiedad pública concedida a un privado que, según Francisco, no aparece mucho por allí. Al margen del Tiro Pichón y otros establecimientos ubicados en la otra orilla, además de urbanizaciones cercanas como la famosa Medina Elvira Golf, o 'Ghost'´—fantasma, en inglés—, como algunos la llaman en alusión a su escasa población. Este paraje de lujo es uno de los tantos fósiles de la 'burbuja'.

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Antigua barra en uno de los inmuebles abandonados. Foto: J. Morales.

Flora y fauna

Pero la cuestión que más alarma no tiene que ver con los excursionistas, ni tampoco con la viabilidad de Los Torres. Lo preocupante en los alrededores del Cubillas es que las ardillas corretean entre paquetes de tabaco y los patos comparten su trecho de orilla con cajas de pizza. ¿Y qué no habrá bajo el agua? Los restos aposentados en la orilla parecen la punta del iceberg.

Lo preocupante son los cientos de botellas de cerveza que condensan el calor hacia un suelo lleno de maleza y que a las doce del mediodía en agosto no parece estar muy húmedo. ¿Hará falta un incendio para que se tomen cartas en el asunto?

Una ardilla busca comida entre las hojas. Foto: J. Morales.

Una ardilla busca comida entre las hojas. Foto: J. Morales.

Al margen de la acción política no hay duda de que el civismo también puede jugar su papel. No hay contenedores cerca, eso es cierto, pero basta recorrer unos 300 metros desde la salida en coche para llegar a Llanos de Silva, frente a la rotonda de entrada a la Real Sociedad de Tiro de Pichón, donde hay cubos de reciclaje.

No más de veinte minutos separan la capital de este oasis multiusos del Área Metropolitana. El pantano de Cubillas tiene de todo y para todos; también basura.

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Comentarios (1)

  1. Fernando Cobo Salaberry dice:

    Solo decirles que el inicio de la construcción del pantano, no fue en 1939, mi padre antes de la guerra civil de 1936 estuvo trabajando en la cimentación de dicho pantano donde me contaba que lo pasaban bastante mal ya que trabajaban a muchos metro de profundidad y cuando las bombas de achique se paraban tenían que salir a nado (el que sabía) algunos se ahogaron. Pregunto ¿acaso la cimentación no cuenta como comienzo de la obra? Un saludo y muchas gracias por poder dejarles mis dudas.

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