El pretérito imperfecto no da victorias
Aunque el juego del equipo ha mejorado en una semana, los triunfos hacen falta como el comer
Success se lamenta tras fallar una oportunidad. Foto: Álex Cámara
La semana del Granada CF ha pasado de lo que podía haber sido triunfal a un estado en el que no se llega a la depresión pero sí a la resignación ante lo que se ve sobre el césped. El equipo rojiblanco ha vuelto a perder dos puntos en un encuentro que podía haber ganado, pero es que el pretérito imperfecto no da las victorias para un equipo que, cada día que pasa, las necesita como el comer.
Como si ya estuviéramos en Navidad, el Granada CF y el Betis adelantaron los regalos y se premiaron de forma mutua en el Nuevo Los Cármenes. Los visitantes, con un error que en la ciudad granadina ya se conoce de otros partidos. Presión a la defensa y 'tararí que te ví'. Ni Juan Tamariz es capaz de hacer tanta magia en tan pocos segundos y de convertir un 0-0 en un 1-0 tras un abrir y cerrar de ojos.
Para enmarcar, por otra parte, fue el penalti cometido por Rubén Pérez. Solo hay que verle el rostro al chaval tras la mano que hizo delante de Mateu Lahoz. En su mente debió pasársele algo así como "vaya semanita que llevo". Después de fallar la ocasión más clara que haya podido tener en su carrera deportiva, hace una semana, en Gijón; ahora comete el penalti más evitable que haya podido ocurrirle. Sea intencionada o involuntariamente.
El caso es que el partido se puso 1-1 y el Granada CF no bajó los brazos ante un Betis que estaba más pendiente de coger el autobús. Primero para ponerlo en la portería de Adán y luego para irse a Sevilla. Y en esas, hasta el propio Renella, delantero se supone, hizo las veces de defensa para sacar bajo la misma línea el que podía haber sido el 2-1. Y aún los hay que dudan de introducir la tecnología para estas cosas en el fútbol. Ayer, quien sabe, podía haberle dado dos puntos al Granada CF. Aquí queda la idea.
A veces, conjugar el verbo 'poder' no siempre permite fusionarlo con el de 'sumar'. Quedarse en el pretérito imperfecto empieza a ser una obsesión de este equipo que, mirándolo por lo malo, lleva siete partidos sin ganar. Si se mira por lo bueno, tres sin perder. Matemáticas a parte, las victorias no llegan. Ni en presente ni en pasado, ¿será en el futuro?
Popular ahora
