martes 16 abril
LA CRÓNICA HORIZONTAL   |   | Luis F. Ruiz

Presuntos Implicados S.A.

A los jugadores se les presupone una entrega total en cada partido, aunque hay quien la pone en duda

Miguel Lopes se lamenta tras la derrota sufrida ante el Valencia este domingo. Foto: Álex Cámara

Miguel Lopes se lamenta tras la derrota sufrida ante el Valencia este domingo. Foto: Álex Cámara

Cuando un jugador 'aterriza' en un nuevo club, más allá de que asegura que lo va a dar todo y que se 'dejará la piel' por el equipo al que llega, en ese momento se convierte en un integrante más de la causa de 'Presuntos Implicados Sociedad Anónima'. Hasta que no se demuestre lo contrario, ese futbolista se entrega, trabaja, lucha y hace todo lo que está en su mano para conseguir el objetivo común que le ha marcado la entidad que le acaba de contratar.

Y son presuntos implicados porque no se puede dudar por costumbre de quien viste los colores de una camiseta con la que miles de personas lloran cuando las cosas no van bien o ríen cuando los goles entran. Es en el primero de los casos cuando suele salir a la palestra que si éste o aquél futbolista no siente los colores, que piensa en el club con el que acaba de cerrar un acuerdo o que solo viste la elástica actual a modo de escaparate para mejorar profesionalmente para la próxima temporada.

Habría que pensar si en el trabajo de cada cual uno no da todo el rendimiento que está en su mano para hacerlo cada día lo mejor posible, intentar superarse y, sobre todo, irse a la cama con la satisfacción del deber cumplido. Dado que se trata de una sensación que solo va por dentro, poner en tela de juicio quién está y no implicado en un equipo de 25 hombres que han de dar siempre lo mejor de sí mismos para que todo salga adelante es poco menos que jugar a leer el pensamiento cual práctica de telepatía.

Dado que el mercado de fichajes está cerrado, más vale que los aficionados rojiblancos tengan que asumir y confiar plenamente en quienes se visten de rojo y blanco para alcanzar la permanencia o directamente la guerra civil estallará. A la conclusión del partido ante el Valencia, algunos optaron por increpar a jugadores como Peñaranda para reprochársele no se sabe muy bien el qué.

Dudar de quien tiene que sacar las castañas del fuego es poco menos que pegarse un disparo en el pie. Y ante ello más vale creer que todos son presuntos implicados, que en junio, como cada año, habrá tiempo de rendir cuentas ante el tribunal futbolístico.

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