Sin tiempo de lamentaciones
El Granada CF se deja ir tras los errores ante un Celta que aprovechó dos llegadas para matar el partido · La reacción del equipo nazarí llegó a falta de 15 minutos, cuando ya era complicado sacar algo de Balaídos · Lo mejor de la jornada, la cosa por abajo sigue igual
Pereira intenta llevarse la pelota ante la presión de un jugador vigués. Foto: LOF
FICHA DEL PARTIDO
Celta: Blanco, Roncaglia, Cabral, Fontás, Jonny, Díaz, Wass (Señe, 81'), Radoja, Rossi (Guidetti, 79'), Bongonda y Aspas (Pape, 85').
Granada CF: Ochoa; Foulquier, Vezo, Lombán, Saunier, Tabanou (Bueno, 64'); Samper, Uche (Ponce, 71'), Carcela, Pereira (Atzili, 56'); y Kravets.
Árbitro: Trujillo Suárez (tinerfeño). Amonestó a Pereira y Samper.
Goles: 1-0, Aspas (23'). 2-0, Bongonda (38'). 2-1, Kravets (86'). 3-1, Pape (93')
Incidencias: Encuentro disputado en el Estadio de Balaídos
Un equipo que está en la parte de abajo de la clasificación, es colista desde hace nueve jornadas, no gana en 13 partidos y además tiene ahora que afrontar el 'regalito' de la Copa del Rey no tiene permiso para detenerse en las lamentaciones. Y es lo que le sucede al Granada CF. Que entre tanto estrés y ansiedad por la situación negativa, una derrota como la de Balaídos no permite más que olvidarla cuanto antes para evitar que el daño sea mayor en el futuro más inmediato.
El caso es que el Granada CF fue capaz de sostenerse, y solo eso, los primeros 23 minutos de partido. Hasta entonces el Celta parecía mostrarse inofensivo ante un equipo, el rojiblanco, que aparentemente estaba bien armado en defensa y buscaba la salida en balón largo y a la contra alguna ocasión tímida que nunca llegó.
Pero cuando la debilidad es el castigo intenso al que se somete a la plantilla jornada tras jornada, cualquier error puede costar, como ocurrió en Balaídos, el gol que abra la caja de truenos y una tormenta de nuevo de la que costaría reponerse acto seguido. Una jugada de Wass por la banda derecha acabó con el balón dentro del área. El jugador celtiña centró y, lo que debía ser un claro despeje de Vezo, se convirtió en casi un remate hacia adentro que Iago Aspas, la 'bestia negra' del Granada CF, no desaprovechó para abrir el marcador.
Sin exigir demasiado a los hombres de Eduardo Berizzo, el Granada CF no solo no incordió las intenciones de los celestes, sino que se encontró a falta de siete minutos del descanso con el segundo tanto que definitivamente demostraría que los rojiblancos se habían ido del encuentro.
En esta ocasión fue una jugada enlazada entre Iago Aspas y Wass, que recibió en el vértice del área con la posibilidad de entrar, encarar y disparar de forma cruzada para batir a Ochoa. El 'apagón' granadinista era total y las opciones de meterse en el encuentro, ningunas. Al descanso, el Granada CF se mostraba como 'pollo' sin cabeza sobre el césped.
Reacción tardía
Pese a que tras el descanso podía existir alguna esperanza de mejoría por parte de los hombres de Lucas Alcaraz, lo cierto es que los rojiblancos no solo siguieron desconectados, sino que pudieron permitir que la renta de los vigueses aumentase y acabase cualquier opción de rascar algo de Balaídos.
Tras el paso por la caseta Foulquier trató de ganar mayor protagonismo en la banda derecha sin conseguirlo. Aunque subió en varias ocasiones por este carril, el francés no terminó de colgar ninguna jugada que fuese tan clara como para inquietar a Rubén Blanco.
A los once minutos de la reanudación llegó la primera señal de que el Granada CF respiraba. Lo hizo a través de Pereira, que remató con su pierna derecha una asistencia de Uche y cuyo balón se marchó por el lado derecho del meta.
Esta fue la primera llegada rojiblanca con cierto peligro durante todo el partido. Después se producirían algunas más del Celta de Vigo, que daría avisos serios para hacer el tercero como un balón de Aspas que se marchó al larguero. Todo ello antes de que Kravets dispusiese de una clara para recortar distancias, como fue un remate con la derecha desde fuera del área muy cerca del palo derecho, aunque se marchó ligeramente desviado.
Este semidespertar se produjo con la entrada de más artilleros arriba y la permanencia de los que había. Atzili, Ponce y Bueno dieron más mordiente al equipo, hasta el punto de que el argentino dispuso también de un disparo cruzado todavía con tiempo para buscar sacar algo de Vigo.
Pero el único tanto de la noche negra del Granada CF llegó a falta de cuatro minutos, cuando Kravets aprovechó un error de la defensa rival y pudo llevarse la pelota para definir y hacer el 2-1. Todo era un espejismo en mitad del desierto, pues a tumba abierta los rojiblancos no tuvieron ocasiones reales de empatar y, además, recibieron el tercero ya a la contra.
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