viernes 29 marzo
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Un idilio de 98 días con La Habana

'¡Oh, Cuba!' llega a los Jardines del Generalife para impregnar las noches granadinas de contrastes y latidos del poeta granadino con un montaje de flamenco y son

Loles León ejerce de 'maestra de ceremonias' como narradora del contexto que el poeta vivió en Cuba. Foto: Álex Cámara

Los 98 días que pasaron desde que Federico García Lorca llegó al muelle de La Habana y volvió a partir en 1930 marcaron la vida musical del poeta, sus intereses por los sones de los que se impregnó al otro lado del 'Charco' en un intenso viaje que ahora puede recorrerse casi al tacto en los Jardines del Generalife.

Esta es la propuesta que hace este año el Ciclo Lorca y Granada, en su decimosexta edición, de la mano de Antonio Carmona y Diego Franco, la coreografía de Adrián Galia y solistas del Ballet Español de Cuba. Loles León ejerce de 'maestra de ceremonias' para un encuentro que hace de las noches veraniegas granadinas una fusión entre el son y el flamenco con textos inéditos del poeta universal.

Así, el espectáculo '¡Oh Cuba!' se divide en siete fracciones diferenciadas que van desde la bienvenida de Federico García Lorca a la capital cubana, pasando por sus orígenes, sus vivencias clásicas, cómo se impregna de los sones habaneros y cómo va acabando su estancia allí.

La 'Morena Trinidad' y el negro mar fascinó para siempre a Lorca, al que la compañía dedica sobre el escenario unos tangos zapateados y una habanera, que demuestran la fusión de contrastes a la que se exponen los cerca de 1.600 espectadores que pueden ocupar las butacas de este espacio único junto a la Alhambra.

Una seguirilla, zorongo, bulería lorqueña y hasta danza clásica se dan la mano con un hilo conductor: el poeta universal y su estancia en Cuba, donde Antonio Quevedo y María Muñoz ejercieron de anfitriones y le mostraron cómo en el terreno de la música clásica la isla tenía grandes figuras y posibilidades.

El espectáculo combina diversos estilos sobre el escenario. Foto: Álex Cámara

Así, el espectáculo avanza con sones flamencos, floklor afrocubano y clásico contemporáneo, que deja aguantando la respiración a los asistentes con el solo de la soprano Alina Sánchez antes de llegar al momento del amor y del deseo de Federico en La Habana.

Este punto llega como un momento clave en la relación de Cuba y el poeta, fundamentado en la 'Casa encantada' de la familia Loynaz en La Habana, con su esplendor vanguardista y su vida nocturna de creación libertaria, reflejado con alegrías de Córdoba, tanguillos y rumba, además de una galiana y abandolaos romance.

Los momentos de la convulsión cubana para derrocar el régimen de Gerardo Machado hicieron que Federico García Lorca fuera partícipe junto a 200.000 cubanos de las protestas el 20 de marzo de 1930, solo 13 días después desde su llegada. Su implicación la traslada Loles León con un repentismo rap flamenco.

Por último, una copla cubana y un clásico dan paso al son flamenco 'Son de negros en Cuba', con el que se pone colofón al adiós de 98 días de idilio de Federico García Lorca en La Habana, en donde aún hay quien no quiere reconocer que el poeta se fue para siempre.

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