jueves 18 abril
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Una espiral impredecible

Lori Meyers estrena disco en La Zubia en una noche en la que el grupo lojeño invita a un viaje de insaciables estilos y sensaciones entremezcladas

Lori Meyers, en la interpretación del segundo tema de la noche

Las espirales solo pueden tener dos direcciones: o de entrada o de salida. Sin saber muy bien si se va o viene, si se aleja o se acerca; la que Lori Meyers propone con su nuevo disco encandiló a los asistentes de un concierto tan apasionante como exclusivo en la Industrial Copera de La Zubia, en donde el 'papel' quedó agotado hace semanas.

Entrar en la espiral del grupo de Loja no fue difícil para los presentes, quienes vieron cómo el ritmo fue de menos a más con una mezcla de temas que combinaron el nuevo trabajo con algunos de los clásicos que los han situado en lo más alto..

'Vértigo I' fue el preludio de que quedaba mucha noche por delante en el reducido espacio del escenario de la Copera, lo que hizo mucho más íntimo el encuentro entre Lori Meyers y sus fieles seguidores, testigos entregados del sonido al que acostumbran con la batuta de Noni y todo el equipo, desde los que están sobre las tablas a los que manejan las mesas de mezclas.

No es fácil que en un lugar aparentemente pequeño la acústica sea la idónea para un concierto lleno de vaivenes estilísticos. El caso de la Copera lo consigue con creces, lo que invita a centrarse únicamente en lo que sucede en el elevado escenario que permite a todo el mundo no perder detalle de lo que acontece.

Tras iniciar la cita sentado junto al teclado, el arranque produjo un cambio radical en el que se pasó del disco nuevo a un clásico como 'Planilandia' con el que la noche, si no lo estaba ya, fue entrando en calor hasta sumergirse de lleno en 'Luces de Neón', con la que en solo tres temas quedó demostrado a qué habían ido los seguidores en una noche de concierto de Lori Meyers.

"Muchas gracias por estar aquí con nosotros y haber esperado tanto tiempo", dijo Antonio López en sus primeras palabras al público, con el 'nerviosismo' que ofrece la responsabilidad de volver a comenzar. Volver a entrar en esa vorágine de un nuevo trabajo después de cuatro años. La experiencia, en este caso más que en otros, es obviamente un grado.

Momento en el que el grupo se despide de los asistentes. Foto: Twitter oficial

Si por algo se caracteriza el concierto que podrán ver en unos días en Madrid y Barcelona es por la fusión que el grupo lojeño consigue hacer de sus temas. Pasan de la novedad a lo clásico con sutileza y sin giros bruscos, aunque con la incertidumbre de que todo acaba de empezar y, hasta para ellos, es una experiencia inédita, para muestra, un botón: tras 'Eternidad' el viaje fue llevando a 'Océanos' y luego 'Luciérnagas y mariposas'.

El avance del concierto continuó con una amplia gama de temas del disco 'En la Espiral', en la que además no faltaron algunos de los más clásicos como 'Emborracharme' o 'El tiempo pasará' lo que ofrece un avance continuo de sensaciones.

Si hay un momento en el que los asistentes lo dieron todo ese fue el de 'Mi realidad', justo antes del primer pequeño descanso. Ahí, la banda granadina dejó su impronta de principio a fin, sin dejar tregua casi para respirar. Darlo todo, ante su público, en su 'primera' noche. Lori Meyers tiene éxito por cosas así.

Tras otras breves palabras de Noni, reconociendo la importancia de este trabajo en el que reconoció que han madurado mucho y lo han trabajado a conciencia llegó la recta final con una nueva combinación de temas y de estilos. De nuevo para sorprender a los presentes, con la misma sensación imprevisible de una primera cita, la misma que marcará el futuro inmediato en cualquier relación. La que Lori Meyers y su público granadino les mantiene unidos desde hace casi dos décadas.

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