Una lucha mental entre ansiedad y paciencia
Los agoreros ya han tirado la toalla · Los Cármenes saca su mejor versión para arrimar el hombro a un equipo deseoso de convencer · La apuesta de dos delanteros, acertada
Kangning Wang, momentos antes de presenciar el tercer partido del Granada CF. Foto: Agencia Garnata
La ansiedad sigue comiendo terreno a la paciencia en el arranque de temporada de este Granada CF, que ve cómo se le resiste la victoria pero, sin restarle importancia, tampoco pierde sus partidos.
Los jugadores se empecinan por asegurar que la única presión es la de agradar y conseguir convencer a sus seguidores, aunque los más agoreros ya recurren a los argumentos más insospechados para tirar por tierra todo cuando aún quedan 39 jornadas.
Pedro, pichichi
Quizás esté siendo una de las sensaciones en este arranque de temporada para el Granada CF. Pedro es, como mera anécdota, el pichichi del equipo de José Luis Oltra con dos goles para enmarcar.
Tras el zapatazo de la semana pasada en Zaragoza, este viernes también se ha despachado agusto con otra diana no menos desdechable. Lo hizo en un partido en el que participó activamente en defensa y en ataque, en el que provocó un penalti. Es sin duda la gran sensación del Granada CF.
Más es más
Aunque en ocasiones se dice que menos es más, en este caso, más puede considerarse que es más. Con dos delanteros el Granada CF fue mucho más activo y peligroso, aunque faltó concretar esa última llegada para marcar las diferencias.
Adrián Ramos y Joselu forman una buena pareja de baile. Mientras uno cabecea o peina el otro remata. Mientras uno incomoda a la defensa el otro puede generar espacios. Les costó eso sí encontrar el remate, pero no es menos cierto que el colombiano todavía renquea. Cuando esté al nivel que se espera, pueden ser letales.
Los Cármenes, entregado
No es lo mismo luchar por la permanencia como en los últimos seis años que hacerlo por ascender a Primera División. Eso se nota en el ambiente del Nuevo Estadio de Los Cármenes, entregado en las 11.500 almas que asistieron al partido.
Cuando más lo necesitaba el equipo la afición rojiblanca dio ese paso adelante en los compases finales y animó sin parar, aunque su esfuerzo luego no se viese recompensado con un resultado a favor.
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