jueves 28 marzo
Opinión  |   |

3M: Mentirosos, manipuladores, mediocres…

Es evidente que estamos en una crisis de régimen en el que se combinan la crisis económica y sus consecuencias, una crisis política que se plasma en cierta desligitimación y desconfianza en el funcionamiento de las instituciones y una crisis social que sitúa en los márgenes del sistema a casi un tercio de la población.

De la crisis económica se nos dice que hemos salido y que nuestro PIB es ya superior al de 2007, pero sin embargo la mayoría de la población siente que vive peor que entonces. Ante la imposibilidad de devaluar la moneda se ha procedido a devaluar al país, a su población. Y esto se hace a través de la pérdida de derechos sociales, el recorte en los servicios públicos, la precarización de las condiciones de trabajo, no solo de los asalariados, incluidos empleados públicos, sino también de los autónomos, de las expectativas de la pequeña empresa o de la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones… La mayoría social siente que el futuro será peor que el presente.

La crisis social es consecuencia de todo lo anterior y de la pérdida de la capacidad del tejido social para tejer redes suficientes que permitan paliar las dificultades sobrevenidas a causa del nuevo modelo social que se nos están imponiendo.

La crisis política deriva de la amplia percepción de que las instituciones políticas no son suficientemente útiles para compensar los daños de esas crisis o la sospecha de que desde las mismas se trabaja justo en el sentido contrario. A lo que se añaden otros factores como la evidencia de su penetración por prácticas corruptas, de la ineficiencia en su gestión y el despilfarro de recursos que luego se recortan en lo realmente importante socialmente.

La indignación ciudadana sigue viva y se mantiene a pesar de todos los intentos de desviar la atención o de maquillar determinadas situaciones. Cada vez es más difícil que las mentiras que nos cuentan o los intentos de manipulación resulten creíbles para cada vez más gente. Y se amplía la sensación de que la clase política que nos gobierna está llena de mediocridad y cortedad de miras. O de que están más preocupados por salvar su propio estatus que por los problemas de la gente. Las amplias movilizaciones de mujeres y pensionistas así lo demuestran.

Da igual el día o el nivel en que nos situemos para comprobar que estas tres emes, la mentira, la manipulación o la mediocridad, están plenamente vigentes.

Frente a las manifestaciones de los pensionistas la primera respuesta del gobierno fue negar por imposible la mejora de las pensiones, afirmando que no había dinero. Y ante la movilización de las mujeres decir sin rubor que ahora no tocaba hablar de esos problemas. Sin embargo, en cuanto se sintió que las movilizaciones se mantenían y ante el riesgo de perder su principal nicho de voto se cambia el discurso y se plantea la posibilidad puntual de mejoras para pensiones menores. Incluso se entra en una especie de esperpéntica subasta. Ciudadanos anuncia el pacto con el PP para una subida del 2% en los presupuestos de este año, pero el PP los corrige de inmediato para anunciar que su propuesta es del 3%, dejando en evidencia la solvencia del propio pacto y de sus protagonistas. Corrigiéndose a sí mismos respecto a que no había dinero, a la vez que siguen rescatando autopistas inservibles. Del problema de fondo, que no es otro que la precariedad laboral, los bajos salarios y la escasez de ingresos al sistema, nadie dice nada. Y solo intuimos, porque apenas lo disimulan tanto PP como Ciudadanos, que su idea es ir recortando las pensiones actuales y sobre todo las futuras y favorecer su privatización.

Lo de Cifuentes y su “máster” casi no merece ni comentarios. Corruptelas, mentiras y manipulaciones “cum laude”. Nunca mejor dicho.

Y para no olvidarnos de Granada, leemos en la prensa que el ayuntamiento, se persona en la causa judicial del caso Emucesa con un poder firmado por el exalcalde Torres Hurtado en 2004. Ante tal noticia uno no sabe si reír o llorar. Cuando creemos que ya hemos asistido a todos los ridículos posibles nuestros responsables políticos siempre acaban sorprendiéndonos. Lo dicho, 3M y seguimos sumando.

Miguel Martín Velázquez
Colaborador de Ahora Sí

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