Boom!!
Ríos de tinta se han escrito para buscar la respuesta a por qué los brutales recortes económicos que han afectado a la sanidad, la educación, las prestaciones sociales, desaparición de la inversión pública, paro masivo, desahucios, no han provocado un estallido social. La respuesta es que ya se ha producido. Veamos.
El impacto de esa política económica ha fustigado a la clase media que, si subsiste, lo es solo por el tejido familiar que ha amortiguado aquel golpe a su línea de flotación. Sin embargo, la clase trabajadora ha sucumbido como consecuencia de las reformas laborales y la destrucción de la negociación colectiva, nos ha traído la precarización más miserable que se haya conocido; los autónomos y las pequeñas empresas han sido tambaleados, cuando no hundidos, aún cuando son auténticos sujetos de riqueza y de creación y mantenimiento de empleo estable. Los jóvenes se van de España por no tener aquí futuro, los más preparados prestan sus conocimientos a otros países. Hemos pasado de la burbuja inmobiliaria a la burbuja de la restauración y la hostelería.
Los sindicatos, llamados mayoritarios, han colaborado en esa hazaña, por no decir que han sido abducidos por el neoliberalismo; se sienten orgullosos por conseguir subidas salariales del 1%. Al mismo tiempo que se producen vertiginosos avances en tecnología, la industria tradicional está a un brete de desaparecer y los ERE son el pan de cada día, en paralelo, la corrupción alcanza, incluso, a las Instituciones Públicas
Traído lo anterior a Granada nos encontramos que aquello que nos vendían como catalizador de riqueza, se ha convertido, por la pésima gestión y la política de austeridad salvaje, en la quiebra para cientos deestablecimientos de toda la vida, a lo que ha ayudado la obra interminable del metro; la construcción desproporcionada de grandes centros comerciales, provocará, según la Federación de Empresarios de Comercio,“una reacción en cadena que provocará cierres de establecimientos, destrucción de empleo y pérdida de riqueza”.
La fusión hospitalaria se hace, siguiendo el clamor de la Plataforma por la Salud Pública, sin “la necesaria planificación sanitaria que responda a criterios de seguridad, calidad y eficacia, sin una justificación técnica-científica y económica que respalde el proyecto de fusión hospitalaria”, lo que traerá consecuencias para la calidad del servicio y el empleo. Siguiendo el despropósito, como afirma Sixto Sánchez; “el tercer pilar de la economía y de la vida granadina, la Universidad de Granada, se hunde; mientras, impera la indiferencia. La deuda de la Junta de Andalucía con la UGR está provocando efectos devastadores, además de la ruina de pequeños proveedores y de sus familias”. Finalmente, la LAC, no solo no mejora el transporte público, sino que ha generado a la ciudad una deuda impagable de 8 millones de euros.
En Granada, los datos de desempleo son escalofriantes y alcanza a más del 25% de la población activa; la precarización del empleo y los salarios es muy importante, lo que afecta gravemente al consumo y a la economía familiar.
Como consecuencia de todo lo anterior, el estallido social ya se ha dado, generando profundos cambios, siendo buena prueba de ello los 'Ayuntamientos del Cambio', la irrupción de gente normal en parlamentos autonómicos y en el Congreso de los diputados, han provocado que el régimen del 78 se desmorone y con él el bipartidismo. Los partidos tradicionales ya no son lo que eran y su oferta ya no es creíble. El gobierno de alternancia de los gatos negros y los gatos blancos ha tocado a su fin y, solo podrá tener un cierto recorrido si se unen en una suerte de gran coalición que acabara siendo su tumba política. Pues eso, BOOM!!
Salvador Soler García
Abogado y colaborador de Stop Desahucios y de Ahora Sí
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