viernes 19 abril
Opinión  |   |

Curar las heridas

Esta semana reflexionamos como hombres y como mujeres sobre la violencia de género, pero aún no somos capaces de reflexionar como personas, si no como hombres y como mujeres. Unos como conocedores de un problema con el que empatizan en mayor o menor grado, otras como sufridoras de una realidad patriarcal que con diferente intensidad golpea en el día a día, diluida en la permisividad y la asunción de una “normalidad” que no debería ser tal.

La violencia de género se ha normalizado en nuestras vidas como una de tantas lacras de la cotidianidad. Parece como si fuera uno de esos fenómenos que ocurren y a los cuales tenemos el deber de asignar un día para conmemorar, asignar un pedacito siempre insuficiente del presupuesto y un irremediable espacio en los noticiarios.

Está bien rechazar la violencia de género, pero es hora de comprometerse en serio a atajar el problema desde su raíz, no sólo invirtiendo dinero en curar las heridas de las víctimas, si no tomando conciencia de hasta qué punto tenemos incrustada esa cultura machista y empezar el cambio desde nosotros mismos, educándonos en la prevención.

¿Cómo hacerlo? Es bien sencillo. Imagina a un chico atractivo, con ropa estrecha y bien aseado que te explica que la semana pasada tuvo sexo con cinco mujeres distintas.
Imagina ahora a una chica atractiva, con ropa ajustada y bien aseada que te explica que la semana pasada tuvo sexo con tres hombres distintos.
Reflexiona ahora sobre lo que piensas del chico y lo que piensas de la chica. Si eres mujer probablemente no veas sentido a este ejemplo, si eres hombre probablemente sí.

Imagina que cinco magrebíes sean acusados de una presunta violación a una chica de Pamplona en el portal de su casa.
Imagina ahora que son cinco sevillanos los que son acusados de una presunta violación a una chica de Pamplona en el portal de su casa. Esto no te va a costar mucho, porque es un hecho real, tan real como que una parte de la sociedad juzga a la víctima. ¿Habría pasado lo mismo si hubieran sido cinco magrebíes?

Otro ejemplo del concepto erróneo con el que enfrentamos el problema de la violencia de género, es este fragmento de la moción que presentó un partido político en Gójar, donde se podía leer en la exposición de motivos:
“[...]Estos centros municipales de información a la mujer realizan una intervención global dirigida a las mujeres a través de la información, el asesoramiento, la sensibilización en políticas de igualdad. [...]”.
Combatir la violencia de género y promover la igualdad con políticas dirigidas a las mujeres es, a mi entender, un desconocimiento total del problema ya que responsabiliza nuevamente a las propias mujeres al ser el objetivo de las medidas para la solución, como si ellas fueran el problema.

Estamos llenos de prejuicios, de estereotipos, de roles de comportamiento inculcados desde la niñez que probablemente repitamos si no somos realmente conscientes de qué es aquello que debemos cambiar para conseguir una igualdad real de género.

Jesús Gutiérrez Osborn
Concejal de la ACG en el Ayuntamiento de Gójar - Secretario general de Podemos Gójar

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