El Chaparral necesita un nuevo colegio ya
La educación goza de consenso en nuestro país y comunidad. La gran mayoría de los alboloteños, de los granadinos, de lo andaluces, reconocen que defienden una educación pública de calidad, con medios dignos y capaz de que cualquier andaluz, sean cuales sean sus circunstancias socioeconómicas, tenga al alcance de su mano la posibilidad de desarrollar su educación hasta el más alto nivel.
En El Chaparral hay un colegio construido en los años 60, con capacidad para 90 alumnos en el que estudian aproximadamente 350 en este curso. Hace más de una década que es un clamor vecinal la necesidad imperiosa de construir otro por multitud de motivos, los más importantes, los referentes a la falta de seguridad de los niños y niñas. Dicho clamor no ha sido participado por ninguno de los últimos alcaldes ni por ninguno de los últimos consejeros de educación de la Junta de Andalucía. Todavía no hay colegio y según las más optimistas previsiones de la Junta, no estará finalizado hasta finales de 2019.
En febrero de 2014 se forma una plataforma ciudadana en El Chaparral para pedir la inmediata construcción del colegio. Una marea verde de las que no existen en Andalucía según Susana Díaz. Alborotan el pueblo, se manifiestan, viajan a Granada, a Sevilla, llegan hasta el defensor del pueblo andaluz y ponen de acuerdo a todas las instituciones en dos cosas: tienen razón y ninguna institución asume ser responsable de la situación.
El primer escollo con el que tropiezan son los terrenos. ¿Qué problema español de los últimos veinte años no tiene como trasfondo el urbanismo? es un problema tan andaluz y tan español, que en un pueblo en el que se acaba de aprobar un PGOU con el voto de todos los partidos, (repasemos los partidos: PP, PSOE, IU y PA), nadie se ha acordado de que había un colegio en un estado lamentable. Hablamos de 2008.
Pasan los años. En 2013 algunos niños permanecen durante todo el invierno con abrigo en las clases porque el frío era insoportable, la calefacción no funcionaba. Hay más situaciones así: lesiones de niños por puertas inadecuadas, caídas en escaleras de hierro.
2014, surge la protesta y el temor de los políticos a la gente. La plataforma propone unos terrenos y el ayuntamiento los acepta y la Junta no. ¿Por qué? Por trabas legales del PGOU aprobado por todos los partidos. ¿Qué hace el alcalde cuando ve que no es posible construir el colegio en dichos terrenos? Esconder el informe de los técnicos municipales y endosarle la culpa a la Junta. ¿Qué hace la Junta? Decir que no hay terrenos y echarle la culpa al alcalde.
¿Cuando avanza la situación? Cuando cambia el gobierno municipal del pueblo y la Agrupación Electoral Ganar Albolote pone como línea roja el desbloqueo de la situación. Se destapa el informe del técnico que desaconsejaba la construcción en el paraje anteriormente citado y se hace público. Se busca una alternativa para construir el colegio en los mismos terrenos que ocupa actualmente. ¿Avanza el problema? Sí. ¿Se logra? No. La Junta tiene otras prioridades que no son la educación y la seguridad de la comunidad educativa del Chaparral. ¿Es necesario que la gente común tenga representación en las instituciones? Imprescindible, si no, la situación seguiría en el lugar de los problemas sin solución. ¿Es imprescindible que la ciudadanía exija y defienda sus derechos mediante movilizaciones? Sin duda, si no, nadie conocería siquiera la existencia del problema. ¿Puede un pueblo estar permanentemente movilizado? Difícil, los partidos tradicionales, las instituciones tienden a sofocar las protestas de mil formas diferentes.
Si no logramos compaginar la movilización con la presencia en las instituciones que lleve allí el verdadero sentido común que busca el bien de la comunidad, nuestra gente no verá atendida sus necesidades, aunque sean tan obvias como que el Chaparral necesita un cole nuevo ya.
Amanda Rodríguez
Teniente alcalde y concejala de Desarrollo Económico y Social y Cohesión Territorial del Ayuntamiento de Albolote
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