viernes 29 marzo
Opinión  |   |

Feria del libro

Siempre es placentero regalarse un paseo por las calles de Granada. Cada época del año tiene su encanto. Por momentos te traen una brisa de nostalgia que recuerdan mis tiempos de estudiante en la ciudad.

Pero si Granada tiene un momento especialmente bonito, ese es el que coincide con su Feria del Libro. El Centro de Granada, desde el Salón a Puerta Real se ve inundado de libros, de curiosos, de lectores, de niños, de arte y literatura, que resumen mejor que nada y que nadie lo que es Granada.

Granada está hecha para el arte. La poesía es Granada, y no hay poeta que no piense y se inspire en Granada.

Cada año además, la Feria del Libro es más grande, y tiene mayor acogida. Cada año, hay más gente, más libros y mayor variedad.

Todo podría hacer indicar que cada vez son más los amantes de los libros. Pero nada más lejos de la realidad.

La Feria del libro no es más que un oasis en el desierto. Un rayo de luz en un momento en el que todo el sector del libro permanece en una crisis que parece insalvable.

Cada vez hay menos librerías en Granada. Cada día se compran menos libros. Cada vez se lee menos. Y todo eso en un momento en el que cada día hay más libros publicados.

Demasiada oferta, que irremediablemente baja la calidad. Para una demanda menguante, En una sociedad que no tiene tiempo de leer, de pensar, ni de sentir.

El pasado sábado tuve la fortuna de asistir a la presentación de un libro infantil. El lugar estaba casi lleno, y el acto fue un éxito. Una raya en el agua en un mundo el literario en el que cada vez se congrega a menos público. Quizás todo lo infantil suele ser sinónimo de éxito, y además es desde pequeños, cuando se debe inculcar el amor por la lectura, al menos eso es lo comúnmente aceptado.

Si bien es cierto que yo siempre pensé que el gusto y la atracción por la lectura es un proceso de madurez.

No recurriré a la crítica fácil, reprochando a quienes no asisten a este tipo de actos, su falta de asistencia. Se trata simplemente de saber captar la atención de esta sociedad, que responde en masa a otros eventos de mayor aceptación, pero que ha dejado de ver la literatura y la cultura como algo prioritario.

Estamos en un momento en el que la cultura en general y la literatura en particular, han pasado a ser algo minoritario e incluso denostado. Recuerdo meses de abril en el que los actos de promoción y presentaciones de libros copaban carteles y portadas de programaciones culturales. Pero hoy no pasan de ser una anécdota en este tipo de espacios.

No obstante, pasear en estos días por la Feria del Libro de Granada sigue siendo algo maravilloso. Que invita a olvidar la dura realidad de la literatura y de los libros, y que nos evoca un sueño, una utopía en la que quién más y quién menos tienen una inquietud literaria, y en el que cada libro tiene una cuota de mercado.

Disfrutemos de nuestra Feria del Libro y de un paseo entre sus rincones y estanterías. Como ejercicio lúdico festivo, es algo difícilmente mejorable.

Gustavo García
Historiador y escritor

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