jueves 18 abril
Opinión  |   |

Granada versus doña Susana

¿Qué pasa en Granada? ¿A qué tanta gente indignada? ¿De qué se quejan tantos miles de personas, sólo por el asunto de Sanidad? ¡No puede ser!, exclamarán, si se trata de una obra emblemática que incorpora las más altas técnicas y especialidades sanitarias, referencia nacional, el complejo hospitalario más grande jamás conocido. Sin embargo, el modelo de fusión es la causa del malestar más reciente, es la gota que ha desbordado el vaso de agua.

Antes de esta última gota, cayeron otras. Veamos. El aislamiento de Granada por vía ferrocarril por no se sabe qué desacuerdo entre administraciones, vamos que la culpa es siempre del otro, pero la realidad es que ningún tren llega ni sale de Granada desde el 7 de abril de 2015, a excepción del que conecta con Almería pero no con el resto de la red ferroviaria española. Finalmente, hemos sabido el problemilla: las obras se han paralizado porque del Grupo ACS solicitó en enero de 2016 un incremento presupuestario superior al 10% del contrato al observar las dificultades del tramo de las obras en el municipio granadino de Loja. Acabáramos. ADIF se negó y ACS retiró las maquinarias y los trabajadores de las obras, después de esto no hay información alguna sobre la situación. Una gota más.

El metropolitano, la obra interminable (ya dura 10 años), la construcción desproporcionada de grandes centros comerciales y el modelo de fusión hospitalaria ha provocado el cierre masivo de establecimientos, ha destruido empleo y una gran pérdida de riqueza, que junto al aislamiento ferroviario conecta con la grieta del tercer pilar de la economía granadina que no se cierra: la Universidad de Granada. La deuda de la Junta de Andalucía sigue latente, provocando efectos destructores y la ruina de pequeños proveedores y de sus familias. Estas gotas empeoran más la situación económica de Granada.

Lo anterior nos lleva a la gota de los datos de desempleo, que son escalofriantes en Granada alcanzando a más del 25% de la población activa, que se une a las gotas de la precarización del empleo, de los salarios y de la economía sumergida, que se han erigido como los principios rectores de esta forma de vida que nos atribuye el sistema capitalista, lo que tiene enlace directo con el modelo de educación que se nos asigna para mantenernos en el hoyo de la mano de obra barata, sin salir del túnel, ahí está el último informe PISA. ¿La causa?, los recortes aplicados por la Consejería de Educación con total ausencia de propuestas alternativas que los mitiguen lo que perjudica sobremanera la educación pública. No obstante, en el mismo contexto económico, en Castilla León donde se ha puesto el acento en la formación de profesores y en las escuelas rurales, donde los alumnos aprenden casi "como si recibieran clases particulares" el resultado es muy diferente.

Por tanto, aislamiento ferroviario, construcción de grandes áreas comerciales al tiempo que aumenta el nivel de desempleo y cierran cientos de establecimientos, la renuncia a un modelo de desarrollo productivo autóctono pero integrado y compatible con el que se desarrolla a nivel general, ausencia de una educación pública de calidad, y, finalmente un modelo de fusión hospitalaria que se hace contra los intereses del sistema público, a favor de la externalización de servicios, sin contar con los profesionales de la Sanidad. Un modelo incapaz de responder a la sencilla pregunta: Si me pasa algo ¿a qué hospital voy?. Pues bien, aquí están algunas de las gotas que sublevan democráticamente a Granada Doña Susana y el agua ya corre como un torrente imparable.

Salvador Soler García
Colaborador Ahora Sí

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