jueves 18 abril
Opinión  |   |

La peor y más grave de las últimas manifestaciones contra las mujeres

Especial conmoción es la que se siente al leer o escuchar la penúltima noticia relacionada con la violencia que hombres ejercer sobre las mujeres. En concreto la de “Un hombre denunciado por maltrato mata a su hija tirándose con ella en brazos por una ventana” – elijo este titular porque otros no reflejan la realidad -. Horas después ya hemos tenido conocimiento de que “Una – nueva - mujer es asesinada por su pareja en Mora (Toledo)”. Y tristemente hay que decir que son muchas las posibilidades de que antes de que se haya publicado este artículo vuelva a producirse otro nuevo asesinato de una mujer a manos de su pareja.

En dramáticos casos como el primero, se intuye, que para que un maltratador llegue a este salvaje extremo de asesinar a su propio hijo o hija porque es lo que más quiere su mujer o pareja, es porque ya se han utilizado previamente todo tipo de mecanismos como las amenazas, advertencias, desprecios, ninguneos, coacciones, golpes…y que seguramente hayan dejado de tener los efectos deseados para este maltratador.

Qué es la violencia de género y por qué se produce queda perfectamente recogido en una Ley Orgánica, la 1/2004 de 28 de Diciembre y con el nombre de “Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género”. En su primer párrafo dice que la violencia de género…se manifiesta como símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.

Las y los jueces y magistrados tienen como función la de resolver las controversias planteadas entre las partes aplicando el Derecho objetivo al caso concreto.

Sin embargo pudimos escuchar pocos días antes de acabar el año 2016 como Antonio Salas, Magistrado de la Sala Civil del Tribunal Supremo, daba su opinión sobre el origen de la violencia de género, dudando de que sea el machismo y sí “la dificultad de convivencia, la maldad de muchos seres humanos y la diferencia de fuerza física”. Una opinión no cualquiera sino la de un magistrado que deja caer que no cree en absoluto en aquello que dice una Ley Orgánica, la misma que tiene el deber de aplicar ante un caso de violencia de género, el deber de conocer y el deber de no interpretar.

Escuchar comentarios sexistas en un campo de fútbol que es el deporte de las masas y lugar de encuentro de familias, niños y niñas, frustra. Escucharlos de boca de una persona que ejerce la política y que es referente para mucha gente, también. Escuchar titulares machistas a profesionales de los medios de comunicación genera indignación. Saber que el profesor de Mecánica no cree que su alumna pueda desarrollar la misma habilidad que sus alumnos, es retrogrado.

Que te ofrezcan rosas y azules, que te inviten a ser héroes o princesas…agota. Pero que quien tiene que conocer las leyes para protegerte de quien te ha maltratado, tenga su propia visión de la realidad o niegue que esa realidad machista existe y que tiene una singularidad y una causas específicas, resulta extremadamente grave. Que quien tiene en su mano parte de la responsabilidad de acabar con esta lacra no reconozca que la violencia hacia las mujeres es la máxima expresión de la desigualdad entre hombres y mujeres, resulta extremadamente preocupante. Tan grave y preocupante que a veces llegamos a pensar que acabar con la violencia hacia las mujeres requerirá más tiempo del esperado. Y mientras tanto este año, ya, 8 mujeres asesinadas por sus parejas.

Olga Manzano
Parlamentaria granadina por el PSOE

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