viernes 29 marzo
Opinión  |   |

Los beneficios de nuestra Semana Santa

Como cada año, se acerca por estas fechas la Semana Santa, que como todos conocen es un acontecimiento que transciende más allá del significado religioso en sí mismo. Y es que la Semana Santa hay que entenderla también como un evento cultural de gran magnitud que conlleva la organización de una serie de actividades necesarias para su puesta en funcionamiento (no solo en los días de Semana Santa, sino en una cuidada y esmerada preparación a lo largo del todo el año con una amplia repercusión en obra social, quizás la faceta más desconocida de nuestras Hermandades).

A ello hay que sumar que esta conmemoración constituye un recurso turístico de primer orden, y que además moviliza mayores gastos de consumo por parte no solo de los residentes en Granada, sino también de la gran afluencia de turistas que se acercan a nuestra ciudad y que asisten como espectadores en el desfilar de los cortejos procesionales de nuestras Hermandades y Cofradías.

Se trata, sin duda, de un evento de enorme repercusión, máxime tras la declaración de nuestra Semana Santa como de Interés Turístico Internacional, brillando con luz propia y sin tener nada que envidiar a la Semana Santa de otras ciudades como Málaga o Sevilla.

Pero además, este año 2017 se da una circunstancia que hace más especial si cabe la celebración de este evento, pues se conmemora el centenario de nuestra Semana Santa tal como hoy la conocemos; hace justo cien años del nacimiento de la Hermandad y Cofradía del Santo Vía Crucis, que es considerada la decana de las corporaciones nazarenas de Granada.

Por lo tanto, veamos un breve pero necesario análisis de las repercusiones económicas que generan la puesta en funcionamiento de un evento de estas características, con los gastos de turistas y asistentes que van a generar impactos y efectos que no se limitan solo a estos grupos o sujetos, sino que se difunden de forma amplia a toda la economía, básicamente al conjunto de la economía local de Granada y también a la de su provincia.

Las inversiones que se realizan de forma tradicional por los distintos actores vinculados por la semana santa

Así se pueden distinguir las inversiones realizadas de forma ya tradicional por los distintos actores vinculados a la Semana Santa, como son las Cofradías y Hermandades (que engloba lo que contratan de artesanos y otros proveedores), con el apoyo de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Granada, junto con las empresas e instituciones colaboradoras y, por supuesto, los participantes o integrantes de la Semana Santa (es decir, hermanos, nazarenos y costaleros junto a otras figuras destacadas, capataces, mayordomos, camareras, mantillas, etc.).

Por su parte, los efectos indirectos incluirán los gastos que realizan los visitantes o espectadores que, con motivo de su asistencia como público, se convierten en consumidores del bien económico-cultural que supone la Semana Santa y realizan consumos derivados de su presencia. Algunos son turistas que se alojan en la ciudad, repercutiendo sobre el sector hotelero, los restaurantes, el transporte público, las compras de recuerdos en el pequeño comercio, etc. Y también los residentes, que salen a la calle con motivo de las procesiones de Semana Santa ocasionando un gasto indirecto.

Por último, los efectos inducidos, que aun siendo los más importantes, a veces pueden pasar desapercibidos, como son las repercusiones económicas y el aumento del capital humano con la creación de puestos de trabajo.

El significativo impacto económico o monetario que la Semana Santa genera sobre la actividad productiva local y su ámbito geográfico más próximo también tiene una repercusión evidente sobre el empleo de la ciudad. El impacto económico directo que supone la celebración y la preparación de la Semana Santa repercute en los sectores que atienden estas demandas y en la actividad que conlleva la utilización del factor trabajo. Éste sería el empleo directo generado por la Semana Santa.

En concreto, en el mes de abril de 2016, coincidiendo la Semana Santa y el inicio de la temporada alta, se impulsó la creación de empleo sacando del paro a 1.915 granadinos desempleados, según los datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) en la provincia de Granada. Esta caída del paro estuvo íntimamente relacionada con el sector servicios, que es el que marca la dinámica en una provincia en la que el peso de otros sectores como la industria es prácticamente testimonial.

Este 2017 en Granada el cálculo es que se contraten unas 2.620 personas, según los datos hechos públicos recientemente por Randstad, empresa de recursos humanos que cada año realiza sus previsiones de empleo para este periodo. Según sus datos, esta Semana Santa se realizarán un 7,5% más de contrataciones que el año pasado. A la vista de estas cifras, quedan demostrados los beneficios que genera nuestra Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, repercutiendo en la vida de la ciudad y su provincia; unos beneficios que van al alza temporada tras temporada, a pesar de haber atravesado años muy difíciles durante la crisis económica que afectó a todo el país.

Por estos mismos motivos, no se entienden demasiado bien las últimas decisiones tomadas por parte del equipo de gobierno que dirige el Ayuntamiento de Granada, encaminadas a eliminar los signos institucionales de la carrera oficial por donde discurren nuestros cortejos procesionales en lugar de fomentar, como máxima institución que dirige nuestra ciudad, la difusión de la Semana Santa como máximo exponente de nuestro patrimonio histórico-artístico que se pone estos días en las calles de la ciudad para disfrute y deleite, además de como motor generador de empleo que produce la celebración de tal acontecimiento.

Ni se entiende la creación de una ruta cofrade que solo alberga a 5 de las 32 Hermandades que realizan estación de penitencia al interior de la Santa Iglesia Catedral durante la celebración de nuestra Semana Mayor. Parece más bien una prueba experimental fruto de la improvisación para dar la apariencia de que se apoya la difusión de este acontecimiento que de una decisión bien meditada y analizada en todas sus vertientes.

Tenemos que acostumbrarnos a proponer grandes metas y expectativas de futuro; y para ello es necesario contar con el apoyo de la Real Federación de Hermandades y Cofradías, previo acuerdo adoptado por órgano plenario de la misma; además de conseguir que el germen de esa idea culmine con la creación de varias rutas cofrades (que bien podrían distribuirse entre los distintos barrios de la ciudad) en las que estén englobadas todas y cada una de las Cofradías de la ciudad.

Finalmente, el Ayuntamiento debe de servir como nexo de unión y potenciador de sinergias entre la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada y todo el tejido empresarial de la ciudad, remando todos en una misma dirección, como viene haciéndose desde hace años en otras ciudades. Se siente una sana envidia de otras ciudades y es un reto aún por completar en Granada que la llegada de la Semana Santa suponga una oportunidad en la que pueden verse favorecidos todos los sectores socio-económicos implicados.

En cualquier caso, como cofrade puedo asegurar sin ningún género de dudas que los efectos que se derivan del valor de existencia, de legado y de prestigio de un acontecimiento cultural de primer nivel como es la Semana Santa de Granada representa un valor que transciende más allá de los simples datos y efectos meramente cuantificables.

Paco Vergara
Licenciado en Derecho y Cofrade

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