Luna creciente (José Antonio Aparicio López) (3-9-2015)
José Antonio Aparicio López
Nacer y morir son las dos únicas verdades irrefutables que existen en la vida de los hombres. Después viviendo las cosas de este mundanal cuasi caótico que creamos todos a nuestra imagen y semejanza bajo la batuta del egoísmo, no existen las verdades absolutas ni las mentiras absolutas. Nacer y morir: las dos grandes verdades de la vida de todos los hombres. Y todo lo demás en nuestras existencias, puede ser algo que es aleatorio, pasajero, interino y sujeto a la aventura vivencial de que te dejen vivir los que son poderosos en nuestras putescas sociedades. José Antonio Aparicio López, un buen hombre socialista, no socialdemócrata, ha muerto joven por el dardo envenenado de una enfermedad que no se merecía. Y yo lo recuerdo hoy en las conversaciones que tuve con él y en las entrevistas que le realicé en los papelines escritos, en el soporte digital y en la televisión. José Antonio Aparicio López, fue un hombre honesto y amante de la cultura. Catedrático de Lengua y Literatura en diferentes Institutos de Enseñanza Media. Y un político de esos que se van de la política con una mano delante y otra detrás. O sea, sin tener una sola mácula corrupta porque nunca han metido las zarpas en el cajón del pan público que es propiedad de toda la ciudadanía. Estimado José Antonio, espérame sin urgencia porque iré a visitarte. Aunque yo deseo que la visita sea pasados los años necesarios que a ti te han faltado vivir por esa puñalada traidora que dan las enfermedades que llegan sin suerte.