Luna creciente (La política politizada) (19-9-2014)
La política politizada
Vayan ustedes a saber, con todo respeto y admiración al clásico filósofo griego, lo que estaba filosofando, no rumiando ni enrollándose de pésima manera, Aristóteles cuando abrió la boca y dijo: “El hombre es, por naturaleza, un animal político”. Estoy todavía reponiéndome de los avatares políticos y económicos que conlleva esta mañana casi ya otoñal y en la que Escocia es el centro del mundo occidental europeo. Ha ganado el no, y las cosas ya no le se pueden poner “achuchadas, oblicuas y conspicuas” a Europa. Aunque el mundanal es así: unas veces acertado y otras veces desacertado. Y ya que son cosas de humanos y no de los chimpancés. ¡Como me gustaría, lo prometo, que a estas horas de la mañana periodística pudiese estar escuchando a Mozart en vez de estar encadenado al remo de mis artículos de opinión, esos que después mando a navegar para que ustedes los puedan leer. No crean que ustedes que es fácil escribir casi todos los días sobre que algunos políticos son unos presuntos delincuentes y que el mundo está lleno de mierda económica. No es fácil. Miren ustedes, aduce el portavoz del grupo municipal de IU en el Ayuntamiento de Granada, señor Puentedura, Francisco, que en la Casa Bailía de la Plaza del Carmen se pagan “sobresueldos” irregulares a altos cargos municipales. Y contesta el concejal delegado de Personal del equipo de gobierno del PP, señor Fuentes, Juan Antonio, que es “una productividad que se entrega a funcionarios que fuera de su horario laboral velan contra el fraude fiscal”. ¿Y a quién creemos, al equipo de gobierno u a la noble y leal oposición? ¿Existen pruebas tangibles en las que se demuestra sin género de duda que se está cometiendo una irregularidad? ¿De verdad el hombre es un animal político? ¿O es solo es un animal? Me mola Mozart, me relaja.
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