Para tener un proyecto serio de ciudad, no se pueden tener barrios preferentes
Estamos siendo testigos de algo inusual por parte de los diferentes partidos que han tenido equipos de gobierno hasta ahora y en sus alcaldes. El trato diferencial que hacen de los barrios dependiendo de resultados electorales o de la raíz de procedencia es tan sorprendente como irresponsable por quien debe tratar de igual manera a cada distrito granadino.
No cabe duda que cada barrio tiene su singularidad, por tanto, unas fortalezas y unas debilidades propias que deben ser trabajadas para lograr potenciar lo mejor de cada uno o aquello que le caracteriza rompiendo la antigua gentrificación como fenómeno económico, cultural, político y social que surgió en los años 60 y que, por suerte, cada día se va superando. Sin embargo, se debe seguir trabajando en mejorar cada barrio con el único objeto de difuminar cualquier línea psicológica divisoria.
Vemos en la actualidad un alcalde que se enorgullece constantemente de su barrio natal, algo que hasta ahí es normal. Lo ilógico viene con el trato diferencial que hace de cada barrio, favoreciendo a aquellos que estima le reportarán más beneficio electoral en detrimento de aquellos otros que entiende que no son ‘de los suyos’.
La calculadora que utilizan partidos como PP y PSOE para beneficiar o sacrificar unos barrios frente a otros no hace sino demostrar la falta de altura de miras y carencia de proyecto a medio y largo plazo para una ciudad que no entiende de distritos, sino de derechos que les corresponden a todos los granadinos por igual y no en base al partido de turno o el barrio donde hayan decidido adquirir su vivienda habitual, su lugar de descanso o su espacio de convivencia. Hemos sido testigos de cómo el PP se centraba en unos barrios más céntricos obviando barrios importantes de la ciudad como el Zaidín, la Chana o el Albaicín. Por contra, tenemos al actual alcalde, Paco Cuenca, más preocupado de contentar a los que considera ‘suyos’ que de gobernar para Granada entera, con estudios sociológicos específicos de barrios como la Chana o el Albaicín, al que constantemente coloca como su referente electoral en detrimento del resto pero que desgraciadamente no se traduce en una repercusión positiva en ellos.
Hay que explicarle a los señores del PP y del PSOE que granadinos con discapacidad existen en todos los barrios, granadinos sordos existen en todos los barrios, granadinos con dificultades económicas, créanme que existen en todos y cada uno de los barrios de Granada, y no por haber decidido vivir en un distrito u otro deben ser tratados de forma diferente por quien gobierna, como si de equipos de fútbol se tratase. Gobernar una ciudad implica buscar lo mejor con rectitud y criterio de prudencia, algo que parece olvidado por ambos, pues existe un denominador común que sí comparten frente a estos tratos diferenciados y que aplican con claridad frente a sus barrios predilectos: sus siglas son lo primero y utilizar a las instituciones como empresa de colocación de afines a su partido es algo que lamentablemente vemos cada día pese a situaciones económicas graves y a deudas millonarias a trabajadores y proveedores, ya sean socialistas o populares.
Los dedos divinos de PP y PSOE que colocan en puestos de dirección a enchufados con el carné de sus partidos como único criterio de selección es el modus operandi común de estos partidos, que siguen pensando que el dinero público no es de nadie y a los que hay que explicarle que ese dinero público, esos recursos económicos, son de todos; de ahí la necesidad de explicar y justificar cada céntimo que se gasta. Los euros, como los granadinos, son iguales y valen lo mismo vengan de donde vengan.
Manuel Olivares
Portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Granada
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