sábado 20 abril
Opinión  |   |

Política real en la oposición, proponer, perseverar y supervisar

Hasta hace algo más de dos años, en todos los municipios hacer oposición se reducía al sentido literal de la palabra: oponerse sistemáticamente a cualquier acción o iniciativa que proviniese del equipo de gobierno. Y a pesar de ello muchos pequeños pueblos andaluces carecían de verdadera oposición. Siendo tradicionalmente “feudos” de uno u otro partido, la política local se reducía a la acción gubernamental, por ser espacios que el rival consideraba perdidos. La oposición municipal repetía en lo local enfrentamientos de niveles territoriales superiores, sin desarrollar un verdadero proyecto político para su pueblo.

En 2015 aparecimos en escena los partidos y las agrupaciones electorales del cambio, como Somos Cenes, para transformar la política. El cambio que reivindicamos y pusimos en marcha no consistía sólo en otras formas de hacer política. También en una concepción nueva e integral de la política municipal misma. Por esto fuimos, y somos, rompedoras.

Los gobiernos de municipios como Barcelona y Atarfe han renovado la vida política local. Pero también lo han hecho las candidaturas del cambio que no gobiernan. No sólo han transformado el concepto de oposición, sino también el carácter de la palabra, ampliando sus significados. En nuestro esfuerzo por hacer efectivo el programa electoral que tantas personas elaboraron cooperativamente y muchas más votaron, estamos revolviendo el sentido de la oposición hacia una interpretación positiva: hacer política real.

¿Cómo se puede hacer política real en la oposición?

Desde la previsión de servicios de emergencia en las fiestas del pueblo, a la organización de salidas de limpieza en las riberas del río, el gobierno municipal va adoptando iniciativas antes inexistentes, propuestas por quienes formamos la agrupación Somos Cenes y quienes nos representan en el Ayuntamiento. La vida del pueblo va poco a poco renovándose. Aunque en muchas ocasiones se choque con el muro de la antigua política, en la que las viejas usanzas y el desinterés por buscar soluciones no rutinarias encarrilan el desarrollo de la política local, no flaqueamos en la tarea. Para eso vinimos.

Un ejemplo claro ha sido el derecho de ruegos y preguntas de los vecinos y las vecinas al concluir los plenos. Fue una de las primeras propuestas de Somos Cenes; hace dos años y medio recibió el rechazo rotundo del gobierno municipal y la indiferencia de los demás grupos políticos. Estas reacciones eran normales en la antigua dinámica de la corporación. Es probable que tuvieran relación con aquel significado anterior de la palabra oposición: con el miedo a que las intervenciones de la gente tuvieran un cariz de disputa partidista. No ocurrió así, y quienes han participado siempre lo han hecho con una actitud constructiva. Nuestra perseverancia en que se implantara esta práctica ha obtenido recompensa. Además de no provocar ninguna situación agria o conflictiva, este derecho pronto será reconocido y reglamentado formalmente.

Conseguir la ejecución de los acuerdos plenarios tomados a partir de las propuestas de la oposición sigue siendo la gran tarea pendiente. Parte de la vieja política es que el gobierno municipal las reciba siempre como el reproche a su inacción; para la nueva política constituyen una forma de aportar a la construcción del edificio común que es el pueblo. Nuestro grupo es con diferencia el que más mociones ha presentado. La mayoría de ellas ha sido aprobada por unanimidad; sin embargo, su concreción en términos integrales quizá llegue en otra legislatura.

Por eso existe otra forma de manifestar la palabra oposición: la supervisión y el control. En todas las comarcas del país, las fuerzas del cambio han normalizado algo que antes no se daba: la labor paciente de vigilar y comprobar la gestión de las alcaldías, con el objetivo de hacer cumplir los acuerdos plenarios y las promesas de gobierno. Más que la rutinaria competición de reproches, esto hace efectiva la mejora de nuestra vida. Porque, en definitiva, lo importante es que se concreten medidas que amplíen los horizontes de la participación ciudadana y la habitabilidad de nuestros pueblos.

A pesar de los obstáculos iniciales, pero todavía sin el calado que desea una fuerza popular como Somos Cenes, ya se reconocen algunos resultados de estos esfuerzos. Nuestro proyecto empieza a tener relevancia política y generar cambios en la vida de las ceneras y los ceneros.

Manuel García Arquellada
Concejal de Somos Cenes

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