viernes 26 abril
Opinión  |   |

¡Y se hizo la luz!

Erase una vez un país, pongamos uno cualquiera, no se, uno al azar, España, que se pasó años y años, décadas, invirtiendo el dinero de sus contribuyentes en una red eléctrica pública, que garantizase el servicio a toda su población.

Después aquel país, convirtió aquello que había sido una inversión pública fruto del esfuerzo de tanto tiempo, en un cortijo privado para unos pocos. Cortijo privado, pero de uso de obligatorio. Hablamos de energía eléctrica, un bien de primera necesidad como el agua, o las verduras, a pesar de tributar al 21 por ciento de IVA.

El caso es que cuando aquella inversión pública se convirtió en un cortijo privado, los precios no pararon de subir, y subir y subir…

A veces subían por el déficit de tarifa, otras, porque no llovía, y otras porque llovía demasiado. Era raro aquello del precio de luz porque nunca sabías muy bien el motivo, pero siempre subía el recibo.

Problemas hubo a montones, la gente era incapaz de pagarla, y cuando había alguna queja, siempre alguien salía al paso.

El caso, es que a pesar de los precios, por los cuales te cobraran calentar el agua de casa, poner la tele en el salón, o calentarte un poquito, como si vivieses en el palacio de Oriente.

De vez en cuando ocurría, que te cortaban la corriente.

Entonces llamabas a un teléfono que con interés te daban, y después llamabas a otro, así hasta que te colgaban.

Hasta que finalmente, a su familia mentabas, entonces rápidamente una incidencia te daban, mandaban los operarios, te los ponían en tu casa, que gran soltura y avidez, una respuesta te daban.

Esto son derivaciones, no tiene ningún remedio, solo llamar y llamar, hasta aburrirse de tedio.

¿Qué serán las derivaciones?, nos preguntamos los que paganos, serán cosas de la ciencia, de la energía renovable. O es culpa de que no llueve. O de que no hay nucleares.

Para el caso da lo mismo.

El recibo de la luz, ahora mismo es impagable.

Pero el servicio nos falla, se me corta a cada instante, ¿cómo puede ser posible que me suba cada mes, sobre todo si hace frío, no me den un buen servicio y encima nos reclamen, un déficit de tarifa?

Cuando lo que está claro que existe, es un déficit de servicio y un exceso de precio, un abuso de poder y un engaño de soslayo que nos hicieron antaño, contando un cuento, de los que nunca terminan, de los que son de mal gusto, porque no son para niños.

Toda una pesadilla esto de las eléctricas, sus precios, sus servicios y su ningún interés por arreglar los problemas, ¿qué más les dará a ellos, si hagan lo que hagan, seguirán subiendo el precio?

Gustavo García
Historiador y escritor

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