miércoles 24 abril
LA CRÓNICA HORIZONTAL   |   | Luis F. Ruiz (Enviado Especial a Sevilla)

Adictos al sufrimiento

El gol del exjugador del Granada B llenó de corbatas la ciudad de la Alhambra · La salvación no podía llegar de otra manera · Babín y Costa, historias paralelas en la defensa para alcanzar la gloria

Los jugadores granadinistas celebran la victoria ya sobre el césped del Pizjuán. Foto: Álex Cámara

Los jugadores granadinistas celebran la victoria ya sobre el césped del Pizjuán. Foto: Álex Cámara

Probablemente, de los muchos mensajes que entre granadinistas se hayan intercambiado hacia las 19.00 horas de este domingo haya siempre algunos que falten. Los de aquellos familiares o amigos que ya no están y que vivían con la misma pasión jornadas como las de este 8 de mayo.

No hay nada como recordar en días como los vividos en el Ramón Sánchez Pizjuán a los que ya no están y ahora, el sufrimiento terrenal lo viven desde otra parte desconocida.

Los sentimientos suelen ser traicioneros cuando el equipo que levanta pasiones en una ciudad entera se está jugando la permanencia. Por ilusión, entusiasmo, pasión a unos colores. En definitiva, nadie quiere ver cómo se pierde una categoría que costó más de 30 años recuperar y que de la que cada sorbo que se da, año a año, sabe igual de dulce que el anterior, pero siempre con un recorrido amargo.

En Granada hay adicción al sufrimiento. En Sevilla no iba a ser menos. Pese a que Cuenca -el centrocampista, no el alcalde- se encargó de apaciguar las aguas poco antes del descanso, un chaval que hace un año defendía la elástica rojiblanca horizontal del filial llenó Granada de corbatas.

Las cuentas para salvarse estuvieron presentes en todo momento. Foto: Álex Cámara

Las cuentas para salvarse estuvieron presentes en todo momento. Foto: Álex Cámara

Y no porque ahora sea tiempo de comuniones o de bodas, que también, sino porque lo que muchos decían que iba a ser un camino de rosas para los de José González se llenó de piedras inmensas que podían haber aparecido mucho antes, de no ser por el desatino de la delantera sevillista y el azar que acompañó a la defensa rojiblanca.

El caso es que el tanto de Diego González solo tardó en ser neutralizado cinco minutos. Fueron los minutos que le bastaron a Babín para cabecear una falta y establecer de nuevo el 1-2 en el marcador. Titular inesperado en un choque vital, el francés va de la mano de su otro compañero en la zaga, Ricardo Costa, para anotar otro tanto histórico en Granada, solo con siete días de diferencia.

Después el Granada CF se destapó por completo y se dejó llevar en volandas por una afición, la granadinista, que estuvo de nuevo a la altura de las circunstancias. Así se produjo el penalti sobre Miguel Lopes para el tercero anotado por El Arabi. Ojo, ha marcado ya 16 goles (dato dedicado a los que lo quieren desterrar). El cuarto, obra de Cuenca -el centrocampista, no el alcalde-.

Así llegó el final de un partido que recordarán probablemente mejor quienes lo vivieron en un viaje inolvidable. "Aquel día, yo estuve en Sevilla", se contará un amigo a otro, un padre a un hijo o un abuelo a su nieto cuando pasen y pasen los años. Para entonces, como ahora, es más que probable que el Granada CF siga ganando adictos al sufrimiento. La 'droga' rojiblanca horizontal es lo que tiene. Una vez que se prueba...

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