viernes 29 marzo
GRANADA CF - VALENCIA CF | LA CRÓNICA  |   |

Incapacitados para salvarse

Un Granada CF endeble en defensa cae con contuntencia ante un Valencia que se mostró muy superior · Un gesto de Ponce provocó una 'gerra civil' con la afición · Apenas hay argumentos a los que agarrarse

Kravets se lamenta después de una de las llegadas del equipo rojiblanco. Foto: Álex Cámara

FICHA DEL PARTIDO
Granada CF: Ochoa; Foulquier, Saunier, Ingason (Boga, 32'), Estupiñán; Uche (Samper, 62'), Wakaso, Héctor Hernández, Carcela, Pereira y Kravets (Ponce, 45').
Valencia CF: Alves; Montoya, Abdennour, Mangala, Lato; Cancelo (Orellana, 73'), Parejo, Medrán, Santi Mina (Siqueira, 87'); Soler y Zaza.
Árbitro: Vicandi Garrido (Vasco). Amonestó a Uche y Wakaso y Carlos Soler y Montoya.
Goles: 0-1, Zaza (19'). 0-2, Zaza (20'). 0-3, Santi Mina (55'). 1-3, Ponce (65')
Incidencias: Encuentro disputado en el Nuevo Los Cármenes ante 15.087 espectadores.

Probablemente hasta ahora, los más optimistas del lugar, se aferrasen a los números aunque el juego del equipo no fuera muy alentador. Probablemente pensasen que había opciones aún para salvar la categoría teniendo en cuenta de que cada partido es un mundo. Probablemente desde este domingo apenas haya alguien en Granada quien ya no crea que permanecer en Primera División es prácticamente imposible.

Y no porque las cuentas del equipo rojiblanco en comparación con lo que queda por disputarse sean inalcanzables, que en parte también. Sino porque los once elegidos por Alcaraz jornada tras jornada para sacar a flote la situación del Granada CF son incapaces a todas luces de si quiera remar en la dirección correcta.

El entrenador granadinista dijo en sala de prensa que no halló en sus hombres aptitud idónea para ello en el partido ante el Valencia, pero lo cierto es que lo ocurrido en Los Cármenes no es más que el fiel reflejo a lo sucedido durante toda la temporada. Una montaña rusa de sensaciones en las que apenas ha sido imposible encontrar verdaderos motivos más de tres semanas seguidas para soñar con la salvación.

El rumbo a Segunda División está virtualmente marcado en la brújula sin aguja del Granada CF, que ante los valencianistas dejó entrever su peor imagen defensiva fruto de un Ingason que aunque acabó como el señalado no fue el, a posteriori, más marcado por la afición rojiblanca.

Yendo por partes, lo primero a analizar es la alineación planteada por Lucas Alcaraz sobre el terreno de juego. Estupiñán volvió a la banda en un sistema idéntico al de Riazor, en el que Ingason regresó a la titularidad en defensa y Carcela fue el hombre encargado de intentar llevar el peligro por la banda. Nada más lejos de la realidad.

El futbolista marroquí dio esta vez la imagen más tormentosa y apenas destacó durante todo el partido por generar ocasiones verdaderas o peligro. Tampoco estuvo acertado en defensa el jugador islandés, cuyos dos fallos en la primera parte costaron dos goles que dejaron sentenciado el partido contra los rojiblancos.

Zaza hizo su 'agosto' en plena privamera granadina. Una de ellas de cabeza y la otra tras rematae en un segundo palo con apenas tres minutos de diferencia. Fue en los minutos 18 y 21 cuando el Granada CF vio cómo pasaba de tener la ilusión de ganar al Valencia a estrellarse con una realidad que hasta ahora era mejor no ver, o al menos, esquivarlo.

El delantero del Valencia tuvo la oportunidad de marcar hasta un gol más de no ser por Ochoa, cuyas tres intervenciones evitaron una goleada mayor.

Si hay que contar ocasiones del Granada CF solo cabe destacar dos. Un disparo de Wakaso en la recta final de la primera parte que repelió Alves a córner y un remate de Ponce, que merece capítulo a parte.

Tras recibir los dos goles Alcaraz dejó señalado a Ingason y metió sobre el terreno de juego a Boga, pero el ataque no fue el fuerte del equipo rojiblanco, que ni cuando iba perdiendo de dos ni cuando iba perdiendo de tres dio muestras de meterse en el partido.

En el minuto 55 del encuentro Santi Mina marcó el tercer tanto para dejar muy cuesta arriba en contra de los granadinistas, aunque Ponce logró recortar distancias cuando aún quedaban 25 minutos para el final.

Era tiempo suficiente para intentar al menos conectarse, pero el equipo no estaba y un gesto desafortunado del argentino terminó por encender a la afición local.

El delantero hizo callar lo que aparentemente era a todo el Nuevo Los Cármenes, aunque realmente lo que él dice que ocurrió era mandar callar a un seguidor que le había increpado durante todo el calentamiento previo a su salida.

La guerra civil fue total hasta el final del partido, hasta el punto de que ya no hubo encuentro. Ni para Ponce. Ni para los aficionados. Ni para el resto de jugadores. El choque estaba sentenciado. Tanto o más que el Granada CF en un descenso a Segunda División difícil de evitar. Por mucho que los números digan lo contrario. El equipo está incapacitado para salvarse

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