jueves 28 marzo
Universidad de Granada  |   | Redacción aG

Investigan la Guerra de Granada desde el enfoque de su contexto y repercusión internacionales

El estudio de este conflicto (1482-1492) ha estado tradicionalmente dificultado por una historiografía que "lo instrumentalizó"

La rendición de Granada (1882) de Francisco Pradilla y Ortiz.

Una nueva publicación colectiva dirigida por el profesor del departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UGR Raúl González Arévalo y por el profesor de la Universidad de Toulouse-Jean JaurèsDaniel Baloup, ha revisado la historiografía sobre la Guerra de Granada (1482-1492), un conflicto al que tradicionalmente se le han atribuido elementos ideológicos que dificultaban su estudio.

La Guerra de Granada ha sido históricamente utilizada para cumplir una función identitaria, primero por el nacionalismo romántico del siglo XIX y después por la dictadura de Franco. Sirvió como narración al servicio de la creación o el reforzamiento de una identidad nacional española. Esta identidad se constituía a través de la confrontación con el Islam, convirtiendo la Reconquista en un símbolo de orgullo nacional.

Investigaciones de las últimas décadas tratan de eliminar los matices ideológicos contemporáneos en el estudio del conflicto, para además poder otorgarle la significación internacional que tuvo. Como la Guerra de Granada desde un prisma tradicional ha sido utilizada para reforzar esa identidad española, estaba intrínsecamente ceñida al espacio hispánico. Romper esta perspectiva permite entender el conflicto como un fenómeno de mayor alcance, que se originó y extinguió dentro de la península, pero también en su contexto internacional.

Su alcance cruzaba las fronteras ibéricas que, por otro lado, no eran las fronteras de un país como es asimilado actualmente bajo la concepción del Estado-nación, surgida en el siglo XIX. Precisamente por este motivo laReconquista medieval no puede significar la recuperación de una región perdida por España, porque España no existía como país. En su lugar, durante toda la Edad Media, lo que hubo fue un territorio fragmentado en diversos reinos sin unidad política entre ellos.

Por todo esto, el concepto de “Reconquista” ya está superado en términos académicos, según explica González Arévalo. Su estudio, por el contrario, explica la Guerra de Granada como la manifestación hispánica de un fenómeno internacional que en Europa se ha denominado “cruzadas tardías”. En consecuencia, no se trata en absoluto de un conflicto aislado, sino que estaba inserto en el marco de una sucesión de guerras entre cristianos y musulmanes, Castilla y Granada, durante dos siglos y medio (1232-1492), dentro de un proceso de conquista feudal en el que los primeros terminaron venciendo.

Esas cruzadas tardías no fueron iguales que las que llevaron a la conquista cristiana de Jerusalén en 1099, ya que no tenían como objetivo Tierra Santa sino confrontar el Islam de Europa. Por ejemplo, está documentado que caballeros cruzados procedentes de Francia, Borgoña, Inglaterra y Escocia acudían en el siglo XIV a la lucha contra los musulmanes de Granada, para obtener fama o por cuestiones religiosas. Y se analizan las noticias sobre el conflicto que llegaron a Italia y al Imperio alemán, evidenciando de nuevo el alcance internacional del conflicto.

Para dar luz a las consecuencias internacionales, los investigadores exponen cómo la Guerra de Granada definió un reordenamiento geopolítico del Mediterráneo en el que el Islam avanzaba en Levante y retrocedía en Occidente.

Europa, tras la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453, estaba traumatizada dado que esta ciudad era un símbolo, pues había sido la más opulenta de la cristiandad, la segunda Roma, capital del Imperio bizantino, heredero del Imperio romano. Después de su caída los europeos temían el avance de los turcos por la península balcánica y por Italia.

La Guerra de Granada significó precisamente un episodio de pérdida de poder del Islam en Occidente. A su terminación le siguió la ocupación de ciudades norteafricanas como Melilla, Orán o Argel, ya a principios del siglo XVI. La contrapartida a este hecho es el avance del Islam en Europa oriental: los turcos continuaron su ocupación de los Balcanes hasta conquistar casi toda Hungría en 1525.

El estudio dirigido por González Arévalo y Baloup revisa el conflicto, en contra de las posturas que lo han instrumentalizado, aportando una comprensión global de la Guerra de Granada, de su carácter internacional y de sus consecuencias más allá de la península ibérica.

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