La resignación pide paso
El Granada CF, que aspiraba a subir entre los dos primeros puestos, se hunde en Segunda División con un nueva derrota en el estreno de Portugal · El equipo fue de más a menos, pero apenas generó peligro
Adrián Ramos se lamenta la final del partido perdido por el Granada CF. Foto: Álex Cámara
La vida pasa por momentos y situaciones que no siempre son fáciles de entender. Al Granada CF se le han ido este lunes parte de los últimos alientos de aire para reengancharse definitivamente en la lucha por subir a Primera División. Una derrota ante el Rayo Vallecano en casa deja a los de Miguel Ángel Portugal a cinco puntos de su sueño que casi era la pedrea, pues del ascenso directo ya no se puede ni hablar.
El caso es que el debut del burgalés no le vino mal del todo a los rojiblancos, que fueron capaces de asentarse con cabeza en los primeros compases del partido ante los vallecanos. Estos aportaron en todo el partido las ocasiones, mientras que el conjunto granadino aportó la cabeza y la tranquilidad, aunque esta fue de más a menos, fundamentalmente cuando el acierto de cara al gol fue de los de Michel.
Los dos goles del Rayo Vallecano hay que buscarlos después del descanso. Fue en dos jugadas en las que el equipo madrileño demostró por qué es el líder de la competición y estar mucho más hecho que el Granada CF a según qué circunstancias.
Seis minutos bastaron para matar las intenciones (buenas) del equipo rojiblanco. El primer gol llegó pues a los 61 minutos, después de que Bebé rematase desde fuera del área por abajo, sin que Javi Varas pudiera casi hacer nada. Sólo seis minutos más tarde Óscar Trejo remató en el centro de la portería un centro desde la izquierda de Embarba.
Lo que pasó antes, esperanza. Lo que pasó después, decepción. Previo al segundo gol del Rayo Vallecano el Granada CF pudo incluso empatar el encuentro. Fue en las botas de Espinosa, que remachó un buen centro desde la derecha de Víctor Díaz, pero se topó con Alberto.
Antes de todo esto el resumen del primer tiempo se puede limitar a varias acciones puntuales como dos paradas esenciales de Javi Varas para evitar que los madrileños se adelantasen. No obstante el Granada CF tuvo mucha paciencia, esperando básicamente su momento para poder marcar sin conseguirlo y sin acciones claras, también.
Después de los dos tantos de los visitantes la decepción fue ganando terreno y dejando lugar a la dañada cabeza de los jugadores rojiblancos, que vieron cómo intentando tirar de un optimismo débil no lograron meterse ya en el partido aún quedando 23 minutos para el final.
Se hunden un poco más las opciones del Granada CF en busca de la promoción de ascenso. La resignación empieza a ganar un terreno tan peligroso como real. Pero es que no hay mucho por dónde se explique. Quedan cuatro partidos y hay que intentarlo, aunque cada vez se vea más imposible.
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