viernes 29 marzo
TRIBUNALES  |   | E.P.

Los acusados por el accidente en Ron Montero atribuyen la responsabilidad en prevención a un trabajador

Se enfrentan a una petición fiscal de tres años y cuatro meses de prisión por un supuesto delito contra la seguridad de los empleados en concurso con otro delito de homicidio por imprudencia profesional grave

La administradora de la fábrica de Ron Montero de Motril cuando se produjo la explosión que costó la vida a un trabajador e hirió de gravedad a otros dos ha declarado este martes en el juicio que la responsabilidad en materia de Prevención de Riesgos Laborales era de uno de los empleados heridos en el accidente y ha apuntado que las tareas de limpieza de los depósitos de alcohol que se estaban haciendo ese día "no eran habituales porque las bebidas alcohólicas no dejan residuos".

El otro acusado en la causa, técnico en prevención de riesgos laborales contratado por la bodega, ha coincidido con esta administradora en atribuir las labores en materia de prevención dentro de la empresa a este mismo trabajador, M.L., apuntando que era su "interlocutor", "con quien hablaba".

Ambos han comparecido en el Juzgado de lo Penal 2 de Motril por el accidente que se produjo el 2 de julio de 2014 en la fábrica, donde hubo una explosión en un depósito de alcohol con capacidad para 30.000 litros. Se enfrentan a una petición fiscal de tres años y cuatro meses de prisión por un supuesto delito contra la seguridad de los trabajadores en concurso con otro delito de homicidio por imprudencia profesional grave.

A.M.T. ha explicado que era el citado trabajador quien tomaba las decisiones porque ella no tiene "conocimientos en materia de riesgos laborales y se le contrató, entre otras tareas, para ello".

Ha apuntado, en este sentido, que ella "dejó bastante" sus labores en la empresa cuando se fue a vivir a Nicaragua -donde residía en el momento del accidente- en manos de este trabajador, que era el "apoderado" para cualquier gestión menos para "pagos bancarios". "Si contrato a una persona no es para cuestionar su trabajo", ha continuado.

En cuanto al momento de los hechos, ha apostillado que no ha visto nunca un silo o depósito de alcohol abierto para su limpieza ni sabe si estos eran los trabajos que se estaban haciendo en el momento de la deflagración. También ha declarado su desconocimiento sobre la lámpara que estaban usando durante los trabajos y que, según el informe técnico, pudo ser la causa de la detonación.

El técnico de prevención de riesgos laborales acusado ha argumentado que tuvo conversaciones con los empleados en materia de prevención e hizo entrega del informe de valoración de riesgos a la empresa y de fichas a los trabajadores con los riesgos que suponía su puesto.

"Nosotros asesoramos, valoramos e informamos pero no nos ponemos en contra de la empresa, no podemos obligarla a tomar las medidas", ha dicho, incidiendo en que las tareas de prevención en riesgos que lleva a cabo su compañía estaban hechas.

Ha argumentado, asimismo, que preguntó a los trabajadores expresamente por las trampillas de los silos y obtuvo como contestación que "no se limpian por dentro, se limpian por fuera con una manguera a presión por lo que no se abren" y, es por ello, que no se incluyó en el primer informe. Ha sostenido, de hecho, que "si no hubieran utilizado la lámpara que se usó en el momento de la explosión se hubiera evitado el accidente".

Los dos trabajadores heridos, que también ejercen acusación, han comparecido como testigos y han negado que contaran con formación preventiva respecto a los riesgos que conllevaba su trabajo, a lo que han sumado carencias en la empresa en elementos de protección, como la ducha de pánico "que no funcionaba".

M.L. ha expuesto que "en ningún momento era responsable de prevención en riesgos laborales" ya que hacía "labores administrativas" aunque ha apuntado que esta materia le preocupaba. "Cuando llegué a trabajar en 2011, la empresa no contaba con ningún plan de prevención y fui yo quien hizo saltar la alerta de la necesidad de tenerlo pero nada más".

Más de 1,7 millones de indemnización

El otro trabajador herido, hermano del tercer empleado afectado que falleció en la explosión, ha declarado que "en el momento del accidente tenía orden de la dirección de la empresa de limpiar el silo".

Ha matizado, no obstante, que "estaban limpiando el depósito de alcohol como hacían siempre después del trasiego para volver a llenarlo", una práctica que, según afirma, era "habitual y se había hecho en muchas ocasiones".

La Fiscalía también pide que los acusados indemnicen conjunta y solidariamente a estos dos trabajadores por las secuelas, perjuicios físicos y morales sufridos. A uno de ellos con 600.000 euros y al otro con 1,12 millones de euros.

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