martes 16 abril
SANIDAD  |   | E.P.

Un estudio demuestra que la fecundación sin espermatozoides no supone riesgos para los nacidos

Según un estudio realizado por un grupo de investigadores y médicos japoneses y estadounidenses

La técnica de fecundación sin espermatozoides, conocida por sus siglas en inglés como ROSI, no supone ningún riesgo para la salud de los nacidos, según un estudio realizado por un grupo de investigadores y médicos japoneses y estadounidenses.

Los trabajos dirigidos por los doctores Atsushi Tanaka y Ryuzo Yanagimachi "no encontraron ninguna diferencia significativa en el desarrollo físico y cognitivo entre los niños nacidos gracias a la técnica ROSI y un grupo de control formado por los niños concebidos de forma natural", ha informado este lunes en una nota de prensa la clínica de reproducción asistida con sede en Granada Margen, cuyo director, Jan Tesarik, desarrolló este método.

El estudio, publicado en la revista 'Fertility and Sterility', publicación oficial de la Sociedad Americana de la Medicina Reproductiva, ofrece un informe detallado de la evolución de 90 niños concebidos por la tecnología ROSI, desde el nacimiento hasta la edad de dos años, respecto a un grupo de control de niños concebidos de forma natural.

La tecnología de la fecundación sin espermatozoides, utilizando espermátidas redondas, fue desarrollada por el doctor Tesarik, junto con Carmen Mendoza, investigadora de la Universidad de Granada y presidenta de la Fundación Margen Mendoza-Tesarik. El primer nacimiento de un niño sano concebido mediante esta técnica en el mundo fue publicado en el año 1995 en la revista estadounidense 'New England Journal of Medicine'.

Sin embargo, el número de niños nacidos con esta tecnología era bajo y dejaba una puerta abierta a varios tipos de dudas sobre posibles riesgos de anomalías y enfermedades relacionadas con este procedimiento.

En este sentido, un año después del primer nacimiento fruto de la utilización de ROSI, sus autores, los doctores Jan Tesarik y Carmen Mendoza, publicaron en la revista 'Molecular Human Reproduction' una advertencia sobre un posible riesgo de anomalías de la impronta genómica, relacionado con el uso de las células inmaduras, en lugar de los espermatozoides.

"Los resultados de la encuesta son muy reconfortantes, ya que no se encontraron diferencias significativas, y ninguno de los 90 niños estudiados presentó enfermedades causadas por anomalías de la impronta genómica, tales como los síndromes Prader-Willi, Angelman o Wiskott-Aldrich", ha explicado Tesarik.

Según este experto, "el único problema persistente de la tecnología ROSI es su baja eficacia en términos de niños nacidos por tentativa", necesitando el equipo japonés de 2.657 tentativas, realizadas con las espermátidas de 721 hombres, para "alcanzar el nacimiento de los 90 niños analizados".

Para Jan Tesarik, las posibles mejoras de ROSI hay que buscarlas en el refinamiento de los métodos de selección de las espermátidas "sanas", pero también en el desarrollo de métodos más eficaces de la misma técnica, "en particular la correcta activación de los óvulos inyectados, como subrayan los autores japoneses".

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