Un pacto fraguado a fuego lento
Hasta el domingo no hubo entendimiento entre PSOE y CS para impulsar el cambio de Alcaldía en Gójar · Patricia Mochón tomó posesión en un mal día para el PP · El leve retraso del edil de ACG puso nervioso a más de uno
Joaquín Prieto, con el bastón de mando tras ser elegido nuevo alcalde de Gójar. Foto: Álex Cámara
Encontrar aparcamiento en las inmediaciones del Ayuntamiento de Gójar no es fácil. Es un pueblo que supera por poco los 5.000 habitantes y a poco que un acto reúna un atractivo importante para sus vecinos y de otras localidades complica la tarea de dejar el coche cerca de la plaza en la que confluyen la calle Real e Iglesia.
Es lo que ocurrió este martes, primer día de agosto que será recordado por el que se produjo un vuelco en la gobernabilidad del municipio donde Francisco Javier Maldonado dejó el Consistorio tras ser condenado por el Juzgado, lo que ha abierto paso a una nueva investidura y un nuevo alcalde, en este caso del PSOE.
Pero antes de que comenzara el pleno las miradas estaban puestas en los relojes. Apenas faltaban dos minutos para que dieran las 21.00 horas, hora fijada para el pleno de investidura, y Jesús Gutiérrez, de la Asamblea Ciudadana de Gójar no aparecía. Su voto era crucial como el del resto de corporativos, como después quedaría reflejado en la elección.
"Debe ser que no encuentra aparcamiento", comentaban algunos de los corporativos entre sí, aunque nadie se atrevió a llamar por teléfono y comprobar dónde estaba. Para tranquilidad de los socialistas, que ya tenían el pacto cerrado desde el domingo, el edil apareció solo un minuto después de la hora fijada.
El cambio de manos de bastón de mando pudo coger por sorpresa a muchos de los presentes, pues el sigilo ha reinado estos últimos días sin que se descubra antes del pleno a quién iba a apoyar Ciudadanos. Los más astutos, sin embargo, vincularon la presencia de la secretaria general del PSOE de Granada, Teresa Jiménez, junto a parte de la cúpula provincial; con un cambio en la Alcaldía, como así fue.
Joaquín Prieto junto a Pedro Antonio Clavero, el último alcalde de Gójar de 2007 a 2011. Foto: L. F. R.
Había quienes conocían el guión por tanto de lo que estaba por acontecer, incluido el nuevo regidor, pese a que respirase tranquilo cuando escuchó cómo el último voto del recuento le daba la Alcaldía. Previamente seis habían ido a parar al PP y la otra media docena a él. En sobre cerrado, voto secreto y con urna, en estos casos, como ya ha quedado demostrado en infinidad de ocasiones; nunca se sabe.
Cuando la secretaria municipal, Raquel Ruiz, dio a conocer el último voto, el pleno se dividió entre los que aplaudían el cambio, en su mayoría socialistas; y los que preferían permanecer de brazos cruzados, simpatizantes del PP a los que, en algunos casos, costó digerir cómo han cedido una Alcaldía que era de su propiedad hasta hace dos días y de la que solo seis votos separaron de la mayoría absoluta en 2015.
La que probablemente tampoco olvide este primero de agosto será la concejal Patricia Mochón (PP), quien tomó posesión en sustitución del exalcalde. "No tomas posesión para un Gobierno sino para la oposición", le dijo su compañero Pedro Morillas tras ceder el bastón de mando al socialista Joaquín Prieto. Ella respondió: "No pasa nada".
El primer gesto del nuevo alcalde fue acudir a dar un abrazo a su adversario en esta disputa y después fue de un lado a otro del pequeño edificio consistorial gojareño. Allí se rodeó de su familia, sus amigos y sus compañeros de partido, presentes de numerosos municipios.
Desde hoy le tocará trabajar por Gójar y sus vecinos. Le tocará el siempre complejo reto de hacerlo con sólo 4 de los 13 concejales del Ayuntamiento, aunque él pretenda que le acompañen el resto de ediles en este viaje. Por lo pronto ha conseguido lo más difícil, poner a casi todos de acuerdo para que lo elijan como alcalde después de un pacto, que como los buenos platos, se ha fraguado a fuego lento.
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