Adrián Ramos pide un enésimo voto de confianza
El colombiano arranca la temporada dando un esperado golpe en la mesa que se ha demorado con el paso del tiempo desde que llegó hace año y medio al Granada CF
Desde que llegase en invierno de 2017 para reforzar la plantilla del Granada CF que deambulaba por los campos de Primera División son muchos los aficionados que llevan todo este tiempo esperando a que Adrián Ramos diera el golpe en la mesa que protagonizó el pasado domingo ante Osasuna.
Fue quizás el partido más completo que se le recuerda al colombiano con la elástica rojiblanca, más allá de aquella noche de febrero en la que hizo doblete ante el Betis pero en la que, sin embargo, defensivamente no terminó de dar la talla como sí lo hizo este fin de semana en el tercer partido de Liga.
El delantero colombiano ha reivindicado su papel en este Granada CF en el que sólo 48 horas antes todo el mundo se preocupaba de la ausencia de un delantero nato más al cierre del mercado y en el que ha demostrado que si las lesiones le acompañan -o mejor aún, ni se le acercan- y mantiene este nivel será difícil desbancarlo de un once del que ya se sintió amenazado una semana antes.
Aunque Ramos siempre ha salido a dar la cara cuando se le ha requerido y a defenderse de la sombra de duda que siempre le ha rodeado en torno a su compromiso e implicación, el propio jugador volvió a incidir el pasado domingo en que él hace siempre todo lo que está en su mano para dar una alegría a la afición rojiblanca.
Pero en ocasiones por las lesiones, otras por la falta de claridad a la hora de despejar la incógnita sobre su futuro y otras por lo visto sobre el terreno de juego, no siempre Ramos calló bocas cuando quiso y, sobre todo, cuando pudo.
Es por ello que después de su gol anotado ante Osasuna, al que hay que añadir una gran primera parte en la parcela ofensiva, y una recta final en la defensiva que lo encumbran en cuanto a implicación; el colombiano vuelve a pedir indirectamente un enésimo voto de confianza.
Ramos ya anotó su noveno gol como jugador granadinista después de los cosechados en dobletes ante Betis y Alcorcón las dos últimas temporadas, además del tanto inválido el día que se bajó a Segunda ante la Real Sociedad, el cosechado ante Osasuna también sin que sirviera de mucho o los cosechados el año pasado en la victoria ante el Zaragoza o en el Alcoraz cuando se perdió ante el Huesca.