viernes 29 marzo
AGRICULTURA  |   | E.P.

Agricultores de Granada piden a la Junta vigilar el abandono de restos de poda del olivar

Estos desperdicios provocan la proliferación, en exceso, del barrenillo cuya eliminación incrementa los tratamientos fitosanitarios de los trabajadores del campo

La inversión que deben hacer los agricultores para evitar estas plagas es muy alta. Foto: aG

La Asociación de Agricultores, Ganaderos y Productores (Agapro) ha solicitado a la Junta que extreme la vigilancia de los restos de poda del olivar abandonados en las explotaciones agrícolas del Altiplano de Granada, al provocar la proliferación desmesurada del barrenillo, con perjucio para todos los agricultores colindantes, que tienen que incrementar los tratamientos fitosanitarios en sus explotaciones.

Durante el mes de marzo los adultos del barrenillo del olivo han comenzado a dirigirse hacia los restos de poda y árboles para realizar la puesta en la corteza, si bien, aunque los daños más graves serán los de las galerías de alimentación de los brotes del olivo, entre estos meses de mayo y julio.

Por ello, desde Agapro, han asegurado que la madera debe ser destruida en el propio olivar preferentemente mediante trituración, y si no hay más remedio, "por el fuego". Así que toda la madera no destruida debe guardarse en lugares herméticamente cerrados, que no se pueden abrir hasta los primeros días del mes de noviembre, según ha informado el colectivo en una nota.

El presidente de Agapro, José Antonio Azor, ha indicado que los restos de poda abandonados "están provocando la proliferación desmesurada del barrenillo, perjudicando a todos los agricultores colindantes, que tienen que incrementar los tratamientos fitosanitarios con los perjuicios económicos y ambientales que supone".

Por su parte, el técnico de la asociación, Pedro Castillo ha incidido en que "el abandono en la finca de los restos de poda del olivar es una práctica prohibida a partir de mayo, pudiendo aplicarse el régimen sancionador previsto en la Ley de Sanidad Vegetal".

El colectivo también ha solicitado a los ayuntamientos del Altiplano de Granada que aprueben ordenanzas reguladoras para la limpieza y mantenimiento de las fincas rústicas que son abandonadas.

Este abandono, según han expuesto, supone la proliferación de malezas, plagas y enfermedades que afectan a las fincas colindantes e incluso a las zonas urbanas, ya que en muchos casos se encuentran cerca de los barrios de los pueblos.

La acumulación de suciedad, residuos, vertidos y biomasa mal gestionada en estas fincas abandonadas, supone también un grave peligro en caso de incendio, que puede afectar a su vez a las zonas urbanas por su proximidad, según han agregado los agricultores.

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