jueves 28 marzo
Provincia  |   | Redacción aG

Alertan de un repunte en la actividad de las empresas de cobro de morosos

Los métodos empleados llevan a pagar a muchos consumidores importes a los que realmente no tienen que hacer frente

Uno de los mayores efectos de la crisis se ha sentido en las cuentas personales de muchos granadinos, que acuciados por la situación, se han visto obligados a demorar o incluso dejar de pagar ciertos productos o servicios. Sin embargo, no son pocas las ocasiones en que estas empresas gestionan deuda que no corresponde pagar al consumidor, por ser ficticia, no corresponderle su pago o incluso ya haberla abonado. En estos casos, el acoso que pueden llegar a ejecutar las empresas de cobros de morosos pueden llevar al cliente a abonar esa deuda indebida por tal de escapar de ese acoso.

Este acoso se ha venido incrementando desde principio de año, tal como indica el Responsable de Comunicación de Facua Granada, David Avellaneda. “Los problemas con las empresas de morosos son algo habitual en nuestra actividad de asesoramiento a los consumidores, especialmente en lo relacionado con empresas de telefonía. Pero también es cierto que desde principio de año los consumidores informan de un incremento en la actividad de estas empresas, en su insistencia, y en un acortamiento de los plazos desde que se produce la presunta deuda hasta que inicia su cobro.” Una actitud que, sin duda, responde al incremento del volumen de deuda generado por estas compañías, pero también por la mayor intensidad en el acoso que estas empresas vuelcan sobre los consumidores.

Y es que el funcionamiento básico de estas empresas está vinculado a la capacidad de cobro que tengan, y por tanto, cuanto más exijan esas deudas, mayores son los beneficios que obtienen. “Estas empresas de gestión de cobro funcionan con lotes de deuda que compran a las diferentes empresas (de telefonía, de electricidad, etc) a un precio notablemente menor del importe real de esa deuda, y sin importar que la deuda esté justificada o no. Una vez comprada empiezan con la gestión de cobro y cuanto más cobren, más ganan”, indica Avellaneda.

El funcionamiento de estas empresas finalmente se traduce en un acoso continuo a base de cartas y llamadas telefónicas a todas horas en las que las amenazas de acciones judiciales se entremezclan con las de embargos y otras medidas legales que normalmente ni siquiera pueden ejecutar. Un acoso que no solo afecta al consumidor, sino que pueden incluso a llegar al entorno del deudor, con llamadas a sus familiares o incluso a su trabajo. Toda una labor de extorsión que provoca que lleva a consumidores con deudas pequeñas a por pagar para evitar el problema, aún cuando su deuda no sea real o correcta.

Por eso, desde Facua Granada se insta a los consumidores a reclamar ante las empresas que han originado esa deuda, no las de cobro de morosos, si consideramos que esa deuda no es correcta o que se ha generado de forma indebida. “La última palabra a la hora de retirar la deuda es de la empresa que la genera, por lo que es a esta a quien debemos dirigirnos para aclarar nuestra situación y para exigir la retirada de esa deuda que no corresponda. Las gestiones que hagamos con la empresa de morosos, y que no sean pagar la deuda no tienen efecto alguno”, añade Avellaneda. Dichas reclamaciones deben realizarse siempre por escrito para que quede constancia de las mismas, y en caso de no ser satisfactorias, dirigirse ante los diferentes organismos de consumo, ante la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones, o incluso a traves una asociación de consumidores como Facua.

Estas reclamaciones deben dirigirse también ante la Agencia Española de Protección de Datos para los casos en que se sospeche que no se ha cumplido con la normativa vigente al reclamarse deuda inexistente o abonada. Las denuncias ante la AEPD son claves para que las empresas que realizan estas prácticas sean debidamente sancionadas. Como ejemplos, la sanción de 50.000 euros a Orange impuesta en febrero de este año, que facturó a un socio de Facua servicios no solicitados tras darse de baja y cedió esa deuda a una empresa de cobros, o la impuesta en este mes de abril a Movistar por pretender cobrar a otra socia de Facua 1.800 euros por servicios que no había le prestado. Unas multas que, pese a su calibre, resultan insuficientes para el importe del fraude que suele manejarse en estos casos, y que se producen con menor frecuencia a la debida.

“Aunque las multas no sean ni tan frecuentes ni tan grandes como deberían, lo que está claro, y lo que recomendamos al consumidor, es que cuando se encuentre en uno de estos casos proceda con todas las opciones disponibles, incluyendo la AEPD. Es la única forma de poner coto a estas prácticas abusivas”, concluye Avellaneda.

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