viernes 16 mayo
APAGÓN ELÉCTRICO  |   | Noelia S. Lorca - Luis F. Ruiz | Fotos: Álex Cámara

Álvaro y Asier, dos luces en pleno apagón

Ambos bebés vinieron al mundo el pasado lunes en mitad de la crisis en el Clínico San Cecilio y el Materno Infantil del Virgen de las Nieves de Granada

Álvaro nació en el Hospital Clínico de Granada.

28 de abril de 2025. Cuando la vida quedaba interrumpida para algunos a las 12.33 horas del pasado lunes, para otros sólo era el comienzo. En medio del caos, la luz no se apagó del todo en Granada. Álvaro y Asier son dos ejemplos de ello.

Uno en el Hospital Clínico San Cecilio y el otro en el Virgen de las Nieves, ambos bebés decidieron alumbrar a sus familias en pleno apagón. Dejar en un segundo plano para ellas el cero energético, los grupos electrógenos, la sobrecarga e incluso las conspiraciones de aquel día.

En el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, Marta López ingresaba el domingo preparada para dar la bienvenida al pequeño Álvaro. Sin embargo, poco se imaginaba que el niño vendría el lunes en mitad de la crisis eléctrica que sufrió el país. Por suerte, estaban "en el mejor lugar" en ese momento y Álvaro "venía con fuerza".

Parte del equipo que atendió a Álvaro y a sus padres.

"Ingresamos el domingo y estuve en el paritorio hasta el lunes a las tres y poco, cuando ya el equipo médico decidió que iba a hacerme cesárea. En el paritorio, empecé a escuchar a la matrona y a mi esposo decir que no había luz, pero sinceramente no fui consciente porque estaba pendiente de que la cesárea saliera bien", comenta Marta al tiempo que reconoce que su familia era la que estaba "más preocupada" porque no podía contactar con ella.

"Mis allegados estaban angustiados porque al no poder hablar con nosotros no sabían si había nacido el niño, si todo había salido bien o si podían entrar para vernos. Además, ciertos teléfonos no funcionaban", cuenta Marta.

Aunque en el hospital había luz, sobre todo destinada a las urgencias, esta vecina de Granada capital recuerda con emoción cómo vivió los primeros momentos con su hijo recién nacido en un día que ya forma parte de la historia. "En la habitación, con la ayuda de la linterna del móvil pudimos cambiar al niño y le di el pecho. Ahí ya sí fui consciente de lo que realmente estaba ocurriendo", recalca Marta.

Asier nació en el Hospital Materno Infantil del Virgen de las NIeves de Granada.

De parto al llegar a casa

Con 3.570 gramos, en el otro extremo de la ciudad en el Hospital Virgen de las Nieves llegó Asier, un bebé que es "idéntico a su padre", según su madre, Maitane Iguiñiz, a quien caprichos del destino quiso que el apagón le cogiera en las instalaciones, pero no para lo que ella pensaba.

El lunes tenía consulta con el ginecólogo, momento en el que el fluido eléctrico se fue, pero el parto aún ni había comenzado, por lo que se marchó junto al padre, Pedro Hernández, hasta su localidad, en Nívar. Nada más llegar sí comenzaron las contracciones.

En ese momento, la preocupación de ambos era llegar al centro hospitalario sin saber cómo iban a estar el tráfico y las carreteras por el apagón. No obstante, el ser médicos ayudó a mantener la calma hasta entrar en torno a las 17.00 horas al centro hospitalario.

Los padres de Asier con algunas de las profesionales del centro hospitalario.

"El parto duró hasta las ocho de la mañana del día siguiente y la luz volvió a las seis de la mañana, por lo que cuando nació Asier éramos los últimos que quedaban en los paritorios", relata esta madre primeriza, quien afirma que estaba tranquila respecto a la situación en el hospital por el plan de contingencia y los profesionales, por lo que solo tuvo que preocuparse de que todo saliera bien.

Lo más "bonito" de la situación, añade, es que lo vivieron "de una forma íntima", ante la ausencia de dispositivos móviles y de cobertura por el apagón: "Era nuestro momento y no teníamos que estar pendientes de nadie ni de nada más, de hecho nuestros familiares se enteraron una vez pasó todo y ahora casi que no vendría mal otro pequeño apagón para soltar un rato el teléfono", bromea Iguiñiz.

También destaca que en ningún momento se sintieron desatendidos por los equipos médicos, "dándonos tranquilidad y continuando con todo pese a la carga de trabajo que había", agradece esta madre.

Así las cosas, en dos extremos de la ciudad pero unidos por aquel 28 y 29 de abril, Álvaro y Asier siempre serán los dos faros que, en plena oscuridad e incertidumbre, consiguieron alumbrar la vida de sus familias.

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