Cómo combatir la depresión posvacacional
Cuidar la alimentación, practicar deportes y marcar unos horarios, algunos de los factores para afrontar la vuelta a la rutina de la mejor manera
Volver a la rutina nunca es fácil y más, cuando se tiene grabado en la retina la imagen de la playa tomándose unas cervezas en el chiringuito. La 'vuelta al cole' puede hacerse cuesta arriba y, en muchas ocasiones, es difícil recuperar el ritmo. Cansancio, insomnio, irritabilidad son síntomas que pueden aparecer al volver al trabajo tras las vacaciones.
Pero, ¿cómo se puede hacer más llevadero y gestionar mejor la vuelta a la rutina laboral? Según la aplicación médica 'mediQuo', "hay que tener paciencia, pues en un par de semanas el cuerpo ya estará acostumbrado. Para ello, lo ideal es renunciar a la cafeína y al alcohol, descansar ocho horas por la noche, intentar hacer deporte y buscar nuevas actividades que puedan estimularnos".
Cuando el estrés sirve para adaptarse a una situación de conflicto, mejora la actitud frente a la misma y ayuda a tener éxito, se puede decir que es positivo. Sin embargo, el problema viene cuando esta respuesta se vuelve "inútil" y no solamente no ayuda a salir adelante, sino que llega a bloquear o paralizar frente a una situación de cambio. Este segundo caso es muy común en el entorno de trabajo, más aún tras el regreso de las vacaciones, por eso es necesario conocer bien la patología y saber cómo combatirla para que no afecte al rendimiento ni a la salud.
Según la Asociación Americana de Psicología, existen tres tipos de estrés. El agudo es la forma más común, y surge de las presiones de un pasado reciente y de las expectativas anticipadas del futuro cercano. Irritabilidad, ansiedad, depresión son algunos de los síntomas que se identifican.
El agudo episódico se encuentra en aquellas personas que tienen estrés agudo con frecuencia. Los síntomas suelen ser dolores de cabeza tensionales y persistentes, migrañas, tensión alta y puede haber problemas de corazón. Para tratarlo, se necesita ayuda profesional a largo plazo.
El estrés crónico surge cuando una persona no ve solución a una situación deprimente, y en muchas ocasiones se interioriza de tal manera que es muy difícil que el paciente lo llegue a identificar. En estos casos, el manejo siempre ha de venir por parte de profesionales y es complicado y largo.
Los riesgos que puede traer para la salud son tensiones musculares y rigidez de mandíbula, dolor de cabeza, insomnio, cansancio extremo, molestias en el pecho, dolores de estómago, diarreas o estreñimiento, cambios en el peso, irritabilidad, apatía y ausencia de deseo sexual y problemas de memoria.
Por eso, para prevenir que aparezca el estrés es necesario cuidar la alimentación, practicar deporte, marcar unos horarios y no descuidar el tiempo libre.