jueves 28 marzo
Granada CF  |   | Luis F. Ruiz

Bajo una perpetua espada de Damocles

Héroe en cuatro partidos la pasada campaña no ha podido reconducir una defensa débil y una delantera sin olfato · Sandoval se va en el año en el que mejor juego desempeñó el equipo

A Sandoval ni le acompañaron los resultados en su etapa en el Granada CF. Foto: Álex Cámara

A Sandoval ni le acompañaron los resultados en su etapa en el Granada CF. Foto: Álex Cámara

Con la ilusión de quien se sabe tener entre sus manos una oportunidad única, llegó a Granada hace 297 días dispuesto a darlo todo por una ciudad que había confiado en sus capacidades para sacar al equipo del atolladero en el que se encontraba metido a cuatro jornadas del final. Con la meta lograda se ganó la oportunidad de empezar de cero con el equipo, pero solo unas jornadas bastaron para ponerlo en el disparadero constante hasta que tras 25 partidos la perpetua espada de Damocles bajo la que ha entrenado al equipo ha caído definitivamente sobre su cabeza.

José Ramón Sandoval se marcha como un hombre que cayó en gracia en lugar de resultar gracioso y quizás por ello se encontró con la benevolencia de un sector de la afición que hasta el propio domingo no pidió su cabeza después de la cuarta derrota consecutiva en Liga ante el Valencia. Sin embargo, lo de este lunes solo ha sido la gran réplica a un continuo devenir de terremotos que, aunque lo tambalearon, lo mantuvieron en pie.

El mal arranque del entrenador granadinista auguraba una temporada difícil después de perder 1-3 ante el Eibar. Sin embargo, la victoria en Getafe constató que la Liga iba a tener luces y sombras, las mismas que le han acompañado semana tras semana. Tuvo momentos difíciles, sobre todo en Los Cármenes, ante la afición, a raíz de caer en descenso directo en la quinta jornada y al último puesto durante tres largas jornadas posteriormente.

Fue el primer aviso serio para el míster, que sumó hasta nueve jornadas seguidas sin conocer la victoria y que encendieron todas las alarmas sobre su continuidad. Sin embargo, los cuatro empates obtenidos ante sendos rivales directos, precisamente con los que iba a enfrentarse en las próximas semanas; lo mantuvieron con vida hasta que en la jornada 12, con el equipo en descenso durante siete semanas, la victoria ante el Athletic Club lo salvó de su primera gran final.

El Arabi le ayudó a respirar más aún después de evitar una debacle en Málaga, donde el equipo acabó 2-2 un encuentro que se puso muy cuesta arriba de forma tempranera. Tras perder con el Atlético en casa, fue un chaval de 17 años el que le sacó las 'castañas del fuego' en el Ciudad de Valencia, con un contundente triunfo de juego ante el Levante y doblete del que se convirtió en nuevo ídolo local.

El segundo gran aviso para acabar casi destituido le llegó a Sandoval en una etapa que a domicilio demostró de forma contundente las carencias en defensa. Las goleadas ante Las Palmas, Barcelona y especialmente Eibar iban a precipitar los acontecimientos, hasta que el sobrecoste de su cláusula, al no encontrarse en puestos de descenso, evitó el fatal desenlace que el mismo supo reconducir con un agónico triunfo ante el Getafe 3-2 unos días después.

Pero después de aquello solo llegaron los elogios y no los deseados puntos. La derrota por la mínima en Villarreal y un resultado ajustado ante el Real Madrid solo sirvieron para constatar que su estilo de juego ha sido de los más agradables desde el retorno a Primera División, aunque sin evitar la caída a los puestos rojos de la clasificación hace dos semanas.

Fue después de la derrota ante los 'merengues', que no en vano no precipitaron los acontecimientos que pudieron estallar después de perder sin identidad ante la Real Sociedad. Sin embargo, el último aviso, como en el argot taurino, estaba por sonar ante el Valencia, después de perder 1-2 y poseer ocasiones claras para llevarse algo más.

El entrenador deja al equipo como colista, a cuatro puntos de la permanencia en Primera División. Aunque a él no le tocaban los remates a portería, ni defender las jugadas, su cese de este lunes solo ha sido la confirmación de un adiós que a muchos no les coge por sorpresa.

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