viernes 29 marzo
SOCIEDAD  |   | Redacción aG

¿Cuánto hay de infidelidad en el 'coqueteo' con el móvil?

Expertos en relaciones de pareja recomiendan que lo importante es la comunicación para determinar qué prácticas o conductas concretas hacen desconfiar o sentirse engañados

Muchos de los encuestados creen que el filtreo por móvil a veces es peor que mantener relaciones explícitas

En una sociedad que cambia a un ritmo vertiginoso y en la que adelantarse a ver un capítulo de la serie compartida con la pareja puede ser considerado por algunos como “infidelidad”, las sexólogas de Platanomelón.com se han decidido a realizar una encuesta entre sus miles de usuarios para conocer qué entendemos, hoy día, por infidelidad.

El sondeo pone de manifiesto que, en general, permanecemos fieles al modelo de educación sexual centrado en compromiso y relaciones monógamas. Al menos de 'boquilla'.

En total se han recibido 17.428 respuestas, de las que 10.913 participantes declaran que nunca han sido infieles, frente a las 6.515 personas que confiesan que sí han mantenido relaciones fuera de la pareja.

Se trata de un dato que cuanto menos sorprende, ya que España lleva años a la cabeza del ranking de países más infieles de Europa y el quinto del mundo solo por detrás de Estados Unidos, Canadá , Australia y Brasil.

Lo que sí se observa es un cambio de patrón con un fuerte sesgo tecnológico y relacional en algunas actitudes en lo que se refiere al compromiso con la pareja.

Usar las nuevas tecnologías para el tonteo –aunque no haya contacto físico real– se considera "infidelidad”. De hecho el 57% (8.965) de las respuestas consideran que este tipo de “flirteo virtual” a espaldas de la pareja es peor que “acabar teniendo sexo en una noche loca” (6.665).

En este sentido, María Hernando aclara que efectivamente “hay un cambio de patrón, el concepto infidelidad así como los motivos que llevan a ella responden siempre a una serie de regulaciones que cada cultura crea y transforma a lo largo del tiempo”.

En la actualidad, hay diferentes tipos de infidelidades o faltas de respeto o compromiso en función de quien los interprete. Besos, caricias, ciber-sexo, sexo con otras personas, coqueteo, piropos, mensajes, chats o líneas telefónicas eróticas…

Hernando apunta que en lo académico, aunque existen ligeras discrepancias, los autores coinciden en que “hay que diferenciar la infidelidad sexual de la emocional”.

La infidelidad sexual refiere a la actividad sexual con alguien más además de la pareja estable y la infidelidad emocional ocurre cuando uno de los miembros de la pareja centra sus fuentes de amor romántico, tales como tiempo y atención en alguien más.

Por eso recomienda que una de las primeras preguntas que hay que hacerse en una relación de pareja es un pacto o acuerdo sobre “qué entendemos por infidelidad, ya que es necesario para poder ajustar nuestras expectativas en una relación”.

Parece que queremos, necesitamos y estamos dispuestos a confesar a nuestra pareja que hemos tenido “un desliz”. Frente a la pregunta sobre “si la infidelidad, en cualquiera de sus variantes, se debe confesar o no”, la respuesta es mayoritariamente afirmativa: 9.322 personas “cantarían” su pecado, frente a los 4.232 que prefieren “permanecer calladitos”.

El 67% de los encuestados (10.315 personas) sostiene que no perdonarían jamás la falta al compromiso de su pareja, frente a 5.028 que sí lo harían.

Con toda información, la experta recomienda que lo importante es la comunicación para determinar qué prácticas o conductas concretas hacen desconfiar o sentirse engañados.

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