Ecologistas califica de "aberración" la construcción de una nueva depuradora en Sierra Nevada
Aguas abajo existen captaciones que abastecen a varios pueblos, que podrían verse afectados por la contaminación de las aguas "enriquecidas con los excrementos de los esquiadores"
Ecologistas en Acción ha calificado de "aberración" el proyecto impulsado por Cetursa para instalar una nueva depuradora en la zona de la Laguna de las Yeguas, en las cumbres de Sierra Nevada.
Según ha denunciado la organización ecologista a través de un comunicado, la empresa pública pretende sustituir una fosa séptica existente -situada bajo la laguna y junto al río Dílar- por una estación depuradora biológica de fangos activos "que no funcionará adecuadamente" debido a las bajas temperaturas de la zona.
La asociación ha advertido de que las bacterias necesarias para el correcto funcionamiento de este tipo de depuradoras no sobreviven en condiciones de frío extremo, lo que podría provocar que las aguas residuales mal depuradas acaben vertiéndose directamente al río Dílar, dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. "Esto supondría un daño grave a los ecosistemas acuáticos de alta montaña", denuncian.
Además, Ecologistas en Acción ha recordado que aguas abajo existen captaciones que abastecen a varios pueblos, que podrían verse afectados por la contaminación de las aguas "enriquecidas con los excrementos de los esquiadores".
La organización sostiene que no existe justificación para sustituir la actual instalación, que "cubre perfectamente las necesidades de los usuarios", y ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que deniegue la autorización de vertido al cauce del río Dílar.
"El daño ambiental sería muy grave y es prioritario proteger este espacio antes que favorecer un supuesto beneficio para una empresa que, sea pública o privada según convenga, muestra escasa preocupación por el medio ambiente", han añadido.
Ecologistas en Acción ha criticado también que la dirección del Parque Nacional haya autorizado el proyecto sin conocimiento ni consulta previa al Consejo de Participación, una práctica que, según han denunciado, "se ha convertido en tónica habitual" en la gestión del espacio protegido.
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