viernes 11 julio
POBREZA  |   | Redacción aG

El 40% de los nuevos casos de granadinos que acuden a Cáritas lo hacen por el aumento de los precios

La entidad de la iglesia católica invirtió 6,2 millones de euros el año pasado para ayudar a cerca de 7.500 personas

Cuatro de cada diez nuevos casos de ciudadanos que acuden a Cáritas Diocesana de Granada lo hacen por el encarecimiento del coste de la vida, cuyos gastos de la vivienda "asfixian" a las familias más vulnerables y provocando que cada vez más personas compartan hogar para hacer frente a los gastos.

Así lo han puesto de manifiesto durante la memoria anual de 2023, presentada por el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo; junto al delegado episcopal y la directora de Cáritas en Granada, Alfonso Marín y Luisa Maeso.

Cáritas ha puesto el acento en que los pobres cada vez son más pobres y tienen mayor dificultad para resolver situaciones más complejas en el día a día, siendo la alimentación la que lidera las demandas de ayudas de emergencia para los ciudadanos que acuden a esta entidad de la iglesia católica.

Esta ha invertido en el último año 6,2 millones de euros en ayudar y mejorar las condiciones de vida de 7.488 personas en la diócesis de Granada. Esta cifra es un 3% superior respecto a 2022 y rebasa en un 7% la suma registrada en 2019, antes del inicio de pandemia.

El balance de actividad recoge un análisis del contexto y muestra las graves dificultades que ha supuesto la crisis inflacionaria para muchos hogares, a los que ha llevado a situaciones de mayor vulnerabilidad y carencia.

De hecho, 1 de cada 3 personas atendidas en 2022 han seguido requiriendo del apoyo de Cáritas para cubrir sus necesidades más básicas. A estas familias se han sumado un 40% de nuevos casos afectados por el encarecimiento del coste de la vida.

Gil Tamayo ha destacado que la situación de bonanza económica "no se traduce en una bonanza, especialmente, a las clases más desfavorecidas”. Refiriéndose a los datos recogidos en la memoria “aquí los números, muchas veces, en vez de cantar, lloran. Y esta es la realidad, pero no por ser pesimista, si no es verdad que ha aumentado el salario mínimo interprofesional, pero los precios, sobre todo de alimentos, no han bajado”.

Crisis económicas

El encadenamiento de crisis económicas y sociales sufridas en los últimos años ha ido produciendo una acumulación creciente de personas y hogares en situación de pobreza y exclusión social que no consiguen remontar y recuperar su situación anterior.

En este escenario, las 94 Cáritas parroquiales de la diócesis granadina lograron atender las demandas más urgentes de 6.568 personas, con un impacto total de unas 13.983 personas beneficiadas, gracias a una inversión superior al millón de euros.

4 de cada 5 personas atendidas recibieron ayudas para comprar alimentos. Estas ayudas encabezan las partidas de gasto con más de 380.000 euros invertidos. “La mayoría de las familias -apunta Maeso- se encuentran en el dilema continuo de pagar el alquiler y los consumos o comprar comida. Y abonan primero los gastos de vivienda porque es más fácil acceder a ayudas para comer que para pagar el alquiler”.

Las familias dedican una mayor parte de su presupuesto a pagar la vivienda y otros gastos esenciales a consecuencia del incremento de precios. Como estrategia de subsistencia, cada vez más personas comparten hogar para hacer frente a los gastos. En apenas cinco años, el porcentaje de hogares en régimen de realquiler ha pasado de un 3 a un 9% y en el caso de compartir piso con otras personas sin parentesco alcanza al 10% de la población atendida.

En su mayoría población de origen inmigrante, quienes presentan unas peores condiciones de vida con viviendas mal acondicionadas, degradadas y en situaciones de hacinamiento. “Hemos tenido casos en los que se ha llegado a pagar hasta 400 euros mensuales por el alquiler de una habitación sin derecho a cocina”, ha dicho.

Las situaciones de necesidad y privación aumentan especialmente para los hogares con presencia de niños y niñas (49%) lo que afecta a las condiciones de vida de esos menores y predispone a un mayor riesgo de pobreza o exclusión en la adultez.

Las situaciones de carencia más extremas corresponden a quienes no disponen de ingresos por trabajo o por prestaciones (57%) y los hogares monoparentales (19%), en su mayoría encabezados por una mujer, especialmente expuestos a situaciones de privación material severa al contar, en numerosos casos, con una sola fuente de ingresos.

En su compromiso de denuncia, tanto de las situaciones de precariedad como de la pérdida de derechos que sufren las personas y familias a las que atiende, Cáritas alerta de que el camino para erradicar la pobreza no debe centrarse solamente en la mejora de los ingresos, también en moderar el incremento de los precios, especialmente los que tienen que ver con la vivienda.

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