jueves 28 marzo
CASO ROMANONES  |   |

Al arzobispo “nunca” le llegaron rumores de posibles abusos de los Romanones

Francisco Javier Martínez, que ha declarado como testigo, ha asegurado que en su primer contacto con el denunciante solo se habló de “hombres desnudos, dormir en la misma cama y que habían abusado de él” desde los 14 años

El arzobispo de Granada, segundo por la derecha, a su llegada a los Juzgados de Granada. Foto: Álex Cámara

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ha manifestado este viernes en su intervención como testigo en el caso Romanones que “nunca” le llegaron comentarios sobre posibles abusos sexuales del grupo del padre Román, del que ha asegurado que era una comunidad “cerrada y hermética”.

En la quinta jornada del juicio sobre presuntos abusos sexuales a un menor por parte de un párroco de Granada, el prelado granadino ha asegurado que en la primera conversación que tuvo con el denunciante de los hechos solo se habló de “hombres desnudos, dormir en la misma cama y que habían abusado de él”, pero no de penetraciones, felaciones o masturbaciones forzadas por parte de alguno de los sacerdotes.

Martínez ha afirmado que visitó la parroquia donde ejercía el padre Román en varias ocasiones, en donde percibió un trato “excesivamente correcto” por parte del cura, del que ha dicho que tuvo conocimiento después de “tres o cuatro años” de que componían un “grupo y actuaban de manera unitaria”, tanto de “vestimenta como de prácticas parroquiales”. Entonces se reunió con ellos y les instó a que rearan una asociación dado que lo que existía podría generar algún problema en un futuro.

El arzobispo también ha reconocido que recibió “muchas quejas” sobre el grupo de los Romanones y su “labor pastoral”, dado que recibió noticias de que “todos decían lo mismo”, aunque “jamás tuvo la menor sospecha de que se llevara a cabo una conducta sexual inapropiada”.

La primera noticia que el prelado tuvo conocimiento de la situación fue en agosto de 2014, cuando el secretario general del Arzobispado de Granada le informó de que un chico se había presentado en la curia para denunciar unas acusaciones “graves sobre sacerdotes”, ante lo que solicitó que le fuese remitida por escrito la situación, algo que Daniel hizo primero por correo electrónico y luego ordinario. Tras leer las cartas llamó al joven y concretó un encuentro con él.

"Hablé con él, me contó la historia", ha explicado el arzobispo, que ha asegurado que le contó que los hechos se habían producido desde que tenía 14 años y que "se mantuvo mucho tiempo", aunque en ningún caso le habló ni de masturbación, ni intento de felaciones ni de penetraciones, sino de "hombres desnudos" y "dormir en la misma cama".

Tras esto Francisco Javier Martínez se puso en contacto con el Vaticano, que remitió una carta a Granada sobre los hechos cuando la Curia granadina ya tenía preparados los billetes para que el arzobispo viajara a Roma y abordar la situación. Entonces se impusieron medidas cautelares a tres de los sacerdotes, entre ellos el padre Román, que consistían fundamentalmente en apartarlos de la actividad diaria y cuya determinación continúa vigente.

Daniel, mientras tanto, "pidió dinero" al arzobispo, según ha dicho el propio prelado, para pagarse un tratamiento psicológico y, posteriormente "6.000 euros para una pericial", lo que le resultó "extraño" y no accedió. Fue a partir de entonces cuando la relación entre ambos se deterioró y se pasó de unos correos electrónicos "excesivamente elogiosos a casi violentos". "Nunca más" ha vuelto a escribirle, ha manifestado Martínez al tiempo que ha indicado que el entonces denunciante parecía que "quisiera llevar el ritmo de la situación".

A los sacerdotes tomó declaración poco después en presencia de un notario eclesiástico, asegurándoles que tendrían su derecho a la defensa y tras lo que pensó que, de confirmarse el delito, podría tratarse de casos de "víctimas convertidas en cómplices". Por último, ha afirmado el arzobispo, el expediente eclesiástico sobre el caso, que no le "corresponde" a él abrirlo, lo aportó a la causa en cuanto tuvo "autorización" para ello.

El arzobispo de Granada, durante su declaración. Foto: Álex Cámara

La exnovia y el inspector

En esta sesión también han declarado tanto la exnovia del chico que supuestamente sufrió los abusos como el inspector jefe de la Policía que desarrolló la investigación. La chica ha reconocido que no tuvo conocimiento de los presuntos abusos hasta que no acabó la relación con Daniel después de dos años, a través de una red social de mensajes instantáneos: "Durante el noviazgo no me dice absolutamente nada, no me lo creí al principio, porque pensé que él me lo dijo por darme pena, como el último recurso que le quedaba".

La joven ha recordado también una escena en presencia del padre Román, en la que los tres, en el despacho del párroco, hablaron de su situación y en la que el cura "no sabía que yo era su novia" y el denunciante no la "había presentado como tal". Ante esto, el joven "se puso nervioso" y "perdió los nervios", insultando supuestamente a la chica.

Por su parte, el agente de Policía ha dado a conocer la situación derivada a raíz de la investigación y que en la primera declaración el denunciante estaba "más entero" que en la segunda, en el transcurso de la cual "se derrumbó" al incidir el policía en algunos de los detalles que necesitaban "para determinar posibles contradicciones".

En este sentido el inspector pidió que relatara con "más detalles" lo supuestamente ocurrido con los sacerdotes y los primeros "hechos graves" en este sentido, fechando la supuesta primera masturbación en 2004, cuando el chico era menor de edad.

En los ordenadores de los integrantes del denominado grupo de los Romanones "no había prácticamente nada" relacionado con la causa. Si bien, en el equipo del padre Román el agente sí halló "miles de archivos" y "varias carpetas", algunas de ellas en las que ponía el nombre de la presunta víctima en la que se encontraban "muchos archivos con correos electrónicos, cartas...".

Por último también localizaron un libro de naturaleza sexual en PDF que hablaba sobre la masturbación y "algún tipo más" relacionado con publicaciones sobre investigaciones de la Iglesia vinculadas a abusos sexuales "fechado en 2003 o 2004". En el registro de la vivienda en Los Pinillos, la Policía no halló ningún DVD ni material ilícito vinculado a la causa.

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