El Centro Guerrero inaugura la primera retrospectiva en España del fotógrafo Sergio Larrain
'Vagabundeos' muestra un centenar de imágenes tomadas entre 1954 y 1977, las dos décadas más importantes en la vida del famoso artista chileno
La muestra recoge algunas de las fotografías que realizó para la famosa agencia Magnum. Foto: J. Grosso | Dipgra
"Vagar y vagar por partes desconocidas y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol, comprar un plátano o unos panes y así tomar un tren, ir a una parte que a uno le tinque, y mirar, dibujar también, y mirar. Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto, dejarse llevar por el gusto (…) De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas". En estos términos casi místicos explicaba Sergio Larraín a su sobrino Sebastián Donoso su filosofía de vida en una carta fechada en 1982. El texto lo reprodujo el diario chileno 'La Tercer' el día después de su muerte, cumplidos ya los 81 años.
Sergio Larraín (1931-2012), el fotógrafo chileno más reputado, se interesó por el oficio en 1948 gracias a una Leica y por el placer del vagabundeo, por el deseo profundo de estar en el mundo y por la pureza del gesto. Y sin embargo, tras pertenecer a la agencia Magnum y adquirir su prestigio en tan solo dos décadas, le dio la espalda a la fotografía de primera línea y al mundo. Cansado de todo, pasó sus últimos treinta años, retirado en su casa de Tulahuén en el norte de Chile, practicando yoga y meditación, escribiendo y dibujando.
"Por este motivo, su obra completa es poco conocida y no ha sido fácil reunir esta colección. Y por eso, debemos dar las gracias al trabajo de la gran divulgadora de la obra de Larrain, Agnès Sire, comisaria de esta exposición y directora de la Fundación Henri Cartier-Bresson, cuya colaboración y cuyo trabajo han sido imprescindibles para contar con la obra de Larrain en Granada", ha afirmado durante la presentación la diputada de Bienestar Social, Olvido de la Rosa.
Emmanuelle Hascoët, de Magnum Photos, ha asegurado que Larrain era un personaje "complejo, que desde la compra de su primera cámara en los Estados Unidos arrastró una especie de misticismo, que le hacía entender la fotografía como un acto que uno debe buscar dentro de sí y a las propias fotografías como una especie de milagros". Hascoët ha destacado que esta primera exposición retrospectiva de Larrain ha pasado ya por Chile, Arles y la propia Fundación Henri Cartier-Bresson.
En el Centro José Guerrero de Granada, la exposición se distribuye en distintas secciones, con un arco cronológico que va de 1954 a 1977, desde los primeros años de aprendizaje hasta su período en Magnum, de las imágenes documentales a aquellas más libres de sus dibujos y los satori. En la planta baja se muestran las series Isla de Chiloé (1954-1963) y Niños abandonados (1955-1963), a la que acompaña el corto Niños del río Mapocho. La primera planta acoge las series tituladas Bolivia, Perú, Buenos Aires, París y Londres (1958-1975). En la segunda planta se exhiben las obras de las series Italia, Valparaíso y Santiago (1959-1977), además de una muestra de los dibujos de su última época y libros, catálogos y revistas que recogen su obra, así como algunos tirajes originales.
Francisco Baena, director del Centro José Guerrero, ha manifestado que la exposición representa "la quintaesencia de Larrain, porque está basada en las imágenes que reflejan su alma, más que en sus trabajos como fotoperiodista" y ha recordado el lema del autor: "la buena fotografía nace de un estado de gracia". Baena ha calificado a Larrain como "un fotógrafo de culto, que ha servido de inspiración a muchos fotógrafos, incluso de las generaciones jóvenes" y ha recordado el fuerte compromiso del Centro y de la Diputación de Granada con el arte fotográfico, "un lenguaje con el que nos sentimos muy cómodos y que intentamos programar anualmente desde hace dos décadas", haciendo referencia a las exposiciones de Richard Avedon, Graciela Iturbide o Jorge Ribalta.
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