El Centro Lorca acoge desde este lunes la muestra 'Granada' de Eduardo Arroyo
El artista propone un recorrido por una amplia selección de su extenso trabajo en obra gráfica, como la ilustración de numerosos libros en diferentes tipos de edición
Sala de Exposiciones del Centro Federico García Lorca acoge desde este lunes la muestra del artista Eduardo Arroyo.
Tras inaugurar una importante retrospectiva de toda su obra en la Fundación Maeght (Francia) en julio de 2017, Arroyo presenta su última exposición, Granada.
A partir de la reciente serie de ilustraciones -acuarelas, collages, dibujos- para la novela 'La cocina del sultán', de Carlos Ballesta -también será presentado este lunes-, el artista propone un recorrido por una amplia selección de su extenso trabajo en obra gráfica como ilustración de numerosos libros en diferentes tipos de edición.
La muestra se completa con una serie de piezas que tienen relación directa con la ciudad nazarí. Las paredes y vitrinas del Centro Lorca se cubren, hasta el 18 de marzo, de obras plásticas que se han convertido en libros y que, en sí mismas, son narraciones visuales de obras literarias, grandes historias o microhistorias que el artista ha escogido dentro de su mundo y bagaje vital para mostrarnos la realidad de la existencia, la propia y la colectiva, el paso de la historia y la sensación de extrañamiento de un mundo que muchas veces no se corresponde con los ideales que deberían estar presentes.
Nace esta muestra, precisamente, por la reciente edición de una novela escrita por el doctor Carlos Ballesta en la que, tras la historia ficticia, se desarrolla un extenso recetario medieval, propiciado por el aspirante a cocinero del Sultán. El resultado son 29 ilustraciones originales sobre papel y en diversas técnicas que marcan aquellos puntos cumbre o capítulos de la novela del doctor Ballesta, que son expuestos en su totalidad.
Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) es uno de los artistas españoles más importantes e influyentes de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI. Su obra se adscribe a una figuración crítica que se fundamenta en el 'pop art' y a través de la cual mantiene un alto compromiso social y político en el que la ironía ácida suele estar presente.
Arroyo se exilió en París en 1958, y no regresaría a España hasta después de la muerte de Franco. Esta circunstancia sería la causa de que su obra no irrumpiese en el panorama nacional hasta los años 80. En los años 60 su pintura, caracterizada por una ausencia de profundidad espacial y aplanamiento de la perspectiva, y centrada en temas españoles con una mirada crítica, a veces surrealista, se aproximó a los postulados de la Nueva Figuración.
'Los cuatro dictadores' (1963), 'El minero Silvino Zapico es arrestado por la policía' (1967) y 'Caballero español' (1970) son obras representativas de este periodo. De la época inmediatamente posterior a su regreso a España destacamos obras como Carmen Amaya fríe sardinas en el Waldorf Astoria (1988), Dama de Elche (1986) o Dama de Baza(1994).
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