viernes 29 marzo
SEMANA SANTA 2016 | LA CRÓNICA   |   | Luis F. Ruiz | Fotos: Álex Cámara

El cielo pierde el desafío

Con la mirada puesta en las nubes, las hermandades completan su estación a la Catedral, aunque en ella tuvo que quedarse La Lanzada · Noche de recogimiento en San Juan de los Reyes y eternos regresos en Santo Domingo y Plaza Nueva

Por tercer día consecutivo el 'pulso' entre la climatología y los pronósticos agoreros y las cofradías granadinas se mantuvo. Sin embargo, en esta ocasión, en la del Martes Santo de Granada, pese a que la amenaza fue palpable en determinados momentos del día, todas las hermandades lograron al menos alcanzar la Catedral.

Sin embargo, una de ellas, debido a la incertidumbre de las previsiones, optó por quedarse en el templo metropolitano por la larga distancia hasta la Parroquia de Los Dolores. Así, la Lanzada fue la única que no pudo completar todo el recorrido y el barrio se quedó esperando a su regreso, el mismo que vivieron de forma intensa en Plaza Nueva, Santo Domingo y San Juan de Los Reyes.

En una jornada marcada por los atentados de Bruselas, fueron constantes las menciones y recuerdos a las víctimas, principalmente en la voz de los capataces, que en sus llamadas tuvieron recuerdos por los fallecidos y contra la barbarie humana.

La Hermandad de La Lanzada se quedó en Catedral debido a la incertidumbre meteorológica. Foto: Álex Cámara

La Hermandad de La Lanzada se quedó en Catedral debido a la incertidumbre meteorológica. Foto: Álex Cámara

Treinta años de Caridad

Han pasado tres décadas desde que la imagen de María Santísima de la Caridad fuera bendecida. 30 años, que se dice pronto, de un barrio disfrutando de la titular de la Hermandad de La Lanzada, que se puso en la calle con su discurrir por las mujeres conducidas por Curro Carrasco.

Lágrimas de emoción las que pudieron verse una y otra vez bajo el palio que portaba la imagen de Miguel Zúñiga y que seguía, con un amplio cortejo de camareras y nazarenos, al Cristo de la Lanzada que Antonio Barbero realizara allá por el año 1985.

Y así, el discurrir se hizo corto hasta la Carrera Oficial, pese a que habían pasado más de dos horas desde que se pusieron en la calle. Una vez en Catedral el aguacero y la incertidumbre se apoderaron de la cofradía, que optó por no regresar.

Estampas únicas del Martes Santo junto al Río Darro de Granada. Foto: Álex Cámara

Estampas únicas del Martes Santo junto al Río Darro de Granada. Foto: Álex Cámara

Espacio precentenario

Una de las grandes novedades del Martes Santo llegaba desde San Juan de los Reyes, donde la Hermandad del Vía Crucis se puso en la calle en el año precentenario a su fundación y, con ello, iniciar la cuenta atrás de un año que ya es especial por muchos motivos.

Pero el cambio principal se produjo sobre todo en la llegada de la cofradía a la Carrera Oficial lo que le permitió varias anotaciones positivas. Por un lado, poder mantener su recogimiento por delante y no detrás de la Esperanza; y recibir el arropo de la multitud en Plaza Nueva.

Respecto al estilo y la puesta en la calle, la cofradía sigue trabajando con sobriedad y paso firme y con ello logra una nutrida presencia de hermanos en la calle, con saber estar, armonía y centrados en recuperar los galones de la hermandad albaicinera.

La salida de la Esperanza fue multitudinaria. Foto: Álex Cámara

La salida de la Esperanza fue multitudinaria. Foto: Álex Cámara

Esperanza para siempre

En Plaza Nueva se vivieron momentos únicos que se registran en cada tarde de Martes Santo granadino. Así, la Esperanza no faltó a su cita con los centenares de fieles que abarrotaron el enclave más frío de toda Granada y que, a su vez, también es el más caluroso cuando ella se pone en la calle.

El clásico discurrir de esta hermandad de centro estuvo patente no solo en su salida, sino en su regreso, con una 'bulla' impresionante en el recorrido, principalmente en Elvira, donde la multitud arropó a la hermandad, que mantiene además su identidad propia en aspectos como la flor: iris morado para el Señor y clavel blanco para su madre.

Precisamente, en una jornada de efemérides, el Cristo del Gran Poder cumplió 20 años desde que lo tallara de forma espléndida Manuel Ramos Corona. Su rostro, caída bajo la cruz, las manos con las que la sujeta. Es un todo sin el que la Semana Santa de Granada no sería, ni por asomo, lo que es a día de hoy.

La Cañilla no tuvo miedo al ponerse en la calle pese a las gotas pequeñas que hicieron acto de presencia. Foto: Álex Cámara

La Cañilla no tuvo miedo al ponerse en la calle pese a las gotas pequeñas que hicieron acto de presencia. Foto: Álex Cámara

Humildad de Realejo

Y sin el Gran Poder la Semana Santa de Granada no sería la misma no lo es tampoco comprensible sin pasos como el del Señor de la Humildad de La Cañilla, cofradía que sigue recogiendo halagos cada Martes Santo en su puesta en la calle por su elegancia, saber estar y sencillez al mismo tiempo.

Si a ello se le añade el acompañamiento musical que ofrece la Agrupación del Dulce Nombre, detrás del misterio, se produce una mezcla perfecta de sonidos y sensaciones difícilmente explicables en las líneas de una crónica.

Ni que decir tiene que el regreso tanto del paso del Señor como de la Soledad de Nuestra Señora hizo eterna la noche en el Realejo. Chicotás de enorme ejecución con los costaleros conducidos por Alberto Ortega y noches de encanto para acabar una jornada en la que el desafío al tiempo lo ganaron las hermandades. No podía ser de otra manera.

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