El disloque alimenticio de jugar a las once de la noche
El Granada CF modifica los horarios de ingestas de sus jugadores para que no se resientan el domingo en el partido de madrugada
Miguel Mariscal (derecha), justo antes del partido del pasado sábado ante el Deportivo. Foto: Álex Cámara
Si el horario de una persona está acostumbrado a algo concreto, en el momento en que se le cambia el horario puede provocar una serie trastornos que van desde la falta de sueño, la incomodidad en el trabajo y, por supuesto, la incomodidad a la hora de comer.
Salvando las distancias, es en parte lo que le ocurre esta semana a la plantilla del Granada CF, que no solo ha modificado el horario de los entrenamientos sino también los hábitos alimenticios de sus jugadores para afrontar el partido ante el Elche del próximo domingo, que se jugará a las 23.00 horas y acabará en torno a la 01.00 horas de la madrugada.
En declaraciones a ahoraGranada Miguel Mariscal, profesor del departamento de Tecnología de los Alimentos, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia y el hombre nutricionista de confianza de Caparrós, se trata de una semana complicada ya que desde el club rojiblanco tienen acostumbrados a sus futbolistas a llevar un ritmo y unos hábitos que durante unos días se verán trastocados.
Dado que la nutrición es importante trabajarla 24 horas al día, desde este apartado del cuerpo técnico recomiendan a los jugadores granadinistas, por ejemplo, la ingesta de alimentos dos horas antes de que se vayan a dormir.
Así, Mariscal asegura que estos partidos "lo trastocan todo" y el cuerpo "se resiente" si no se efectúan cambios para adaptarse a las circunstancias y condiciones que va planteando el calendario.
De este modo, el próximo domingo, el nutricionista ha previsto que los jugadores coman algo más tarde de lo normal aunque también tendrán una merienda-cena más densa de lo habitual.
Todo el día comiendo
La plantilla granadinista tiene previsto desplazarse hasta Elche en la misma mañana del partido en autobús, con lo cual desde la parte que corresponde a Mariscal ha previsto más ingestas de las habituales para que cuando llegue la hora del partido sus cuerpos no se resientan.
Desayuno, picoteo a media mañana y una comida pequeña y ligera a mediodía forman parte de la primera fase prevista para el día del partido. Dar una ingesta entre desayuno y comida permite posponer el almuerzo y evitar que los jugadores "se vengan abajo" durante el resto de horas.
También cambiará la merienda, que en lugar de llevarse a cabo como es habitual se convertirá en una merienda-cena más densa en alimentos aunque equilibrada en las cantidades de forma que "se puede aplazar la siguiente ingesta que es antes del partido".
Mariscal prevé que sus jugadores también ingieran alimentos a la llegada del equipo al estadio, en el descanso y al finalizar el encuentro: "Se van a pasar todo el día comiendo", comenta este profesional de la nutrición que ha resultado una novedad en el cuerpo técnico dirigido por Joaquín Caparrós.
El disloque de horarios se produce también en la comida después el partido, dado que los jugadores se van a volver la misma noche en autobús.
Este trabajo también se va adaptando durante toda la semana, vinculado todo al horario de entrenamiento, que en esta ocasión son vespertinos en su mayoría.
Lo único que no varía es la comida, porque "hay mucho error en torno a eso". Mariscal asegura que el único condicionante es que sea equilibrada, "sea cuando sea", ya que son las cantidades las que marcan "lo que se ha comido".
Poco amigo de estos horarios, el nutricionista rojiblanco dice que que afectan a cualquier persona, no solo a los deportistas, aunque lo asume con cierta resignación: "Son las normas y no podemos ir contra ellas. Usamos la teoría humana de la nutrición humana a favor de ese horario"
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