jueves 28 marzo
COPA DEL REY   |   |

El embrujo de las grandes noches

La épica y el sufrimiento volvieron a estar presentes en el pase a las semifinales de la Copa del Rey ante el Valencia, al que solo se había superado en este torneo antes de la final de 1959 · La labranza del presente augura un futuro prometedor al Granada CF

Algunos de los momentos memorables que dejó la noche de fútbol en Los Cármenes. Fotos: Álex Cámara

Los niños del presente serán los abuelos que en el futuro podrán contar a sus nietos cómo vivieron aquella noche de un 4 de febrero de 2020 en la que un tal Diego Martínez en el banquillo con un equipo lleno de valores que hizo soñar al más pesimista de los granadinos.

El Granada CF pasó a las semifinales de la Copa del Rey, lo hizo no sin sufrimiento ante un Valencia que puso cara la cota para alcanzar una meta que en Granada se llevaba esperando medio siglo y que llega cuando menos lo podía esperar el personal rojiblanco.

Pero así es este equipo, que es capaz de lo mejor y de lo increíble cuando nadie podía apostar allá por el mes de diciembre, cuando tocó comenzar la ronda copera en Hospitalet, que el camino llevaría a un sendero que deja a los granadinistas a dos partidos de una final 61 años después.

Después de los catalanes llegó el Tamaraceite, también en campo de césped natural, lo que derivó en quejas del entrenador del Granada CF, quien con una plantilla corta ha sabido trazar a la perfección cómo sacar todo el jugo posible para que ante el Valencia, solo tres días de otra victoria titánica ante el Espanyol, los elegidos corrieran como gacelas.

Lo que al inicio comenzó siendo un estorbo para muchos comenzó a transformarse en un 'por qué no' y a situar al Granada CF a las puertas de algo histórico en el torneo copero, cuyo formato a partido único ha sido beneficioso para evitar más carga de encuentros, aunque no con ello lo ha puesto fácil.

Badalona y Badajoz fueron las dos siguientes piedras de toque para empezar a creer en algo histórico que el pasado viernes con el sorteo comenzó a vislumbrarse en el horizonte cuando el bombo quiso que el Granada CF se jugase en Los Cármenes el pase de eliminatoria ante el vigente campeón.

La ciudad ya sabe cuándo puede ser una noche de embrujo, como la de este 4 de febrero; y cuándo llega un rival que no concede ni las buenas noches. Pero si algo se ha ganado este Granada CF por méritos propios es el beneficio de la duda. Y vaya que si se lo ha ganado.

La media hora de juego como los ángeles en Los Cármenes ante el Valencia que sorprendió a propios y extraños no fue más que la confirmación de que las semifinales eran innegociables en Los Cármenes, aunque para ello hubiera que sufrir y, por qué no decirlo, el VAR estuviera para sembrar de justicia las decisiones que González González tomaba sobre el césped.

A Soldado ya no se le podrá discutir su sequía goleadora en la competición pues los dos goles de este miércoles convalidan para toda la temporada, una campaña a la que todavía queda una segunda vuelta casi entera y al menos dos partidos más para escribir otra página en la historia.

Libro hay. Ganas de soñar, también. Y es que si algo ha aprendido el granadinismo es a disfrutar en el camino mientras la sonrisa se dibuja en el rostro de quienes saben que el embrujo del Granada CF está presente. Ahora en semifinales. Con la sensación de que esto no acaba más que comenzar.

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