jueves 25 abril
CORONAVIRUS  |   | Redacción aG

El "estricto protocolo" de los dentistas granadinos para atender a los pacientes

Las medidas de seguridad que se han de tomar por la crisis sanitaria incrementa el tiempo entre cada consulta en hasta media hora

La inversión en cada clínica dental ha podido variar dependiendo de las circunstancias. Foto:

Los dentistas granadinos han puesto en marcha un "riguroso protocolo" que incrementa el tiempo entre cada consulta en hasta media hora. Además, requiere de que el paciente siga unas instrucciones que los profesionales ofrecerán por teléfono antes de la cita.

Según los profesionales consultados, el llevar a cabo la adaptación de las clínicas a las nuevas circunstancias, puede superar los 5.000 euros de inversión, si bien en cada clínica la situación ha podido variar teniendo en cuenta varios aspectos.

Las clínicas dentales siempre han seguido "un protocolo muy cuidado" de higiene. Pero estas medidas se han incrementado en estos momentos para la reapertura.

“Tras unas indicaciones y cuestionario hecho de forma previa a la persona que solicita la cita, a su llegada se le facilita gel hidroalcohólico para las manos y le tomamos la temperatura. En caso de no llevar mascarilla, se le facilita una y se desinfectan las suelas de los zapatos para después poner además unos patucos de plástico”, explica la doctora María Ángeles de Vicente, gerente de una clínica especializada en ortodoncia en Granada.

Al terminar, todos estos elementos se retiran y depositan en una sala para estos residuos y se le da más gel hidroalcohólico. El paciente vuelve a ponerse la mascarilla.

Cuando se marcha, a la esterilización habitual de todas las herramientas, se le ha añadido ahora la desinfección de todos los espacios que puedan haber quedado contaminados: datáfono, pomos, interruptores, mostrador y su mampara o la silla de la sala de espera.

Este proceso puede durar unos 20 minutos. La preparación para el siguiente paciente puede rondar los 10 o 15 minutos, de esta forma se evita que el paciente tenga que pasar más tiempo del necesario en la sala de espera.

Para esta adecuación, todos los productos de un solo uso sumado al nebulizador por el que ha optado para desinfectar el aire, la doctora Ángeles de Vicente ha gastado más de 2.500 euros.

Sin embargo, otros dentistas que no dispongan de “un sistema de expulsión del aire desde cada una de las salas hacia el exterior, de forma individual, pueden llegar a invertir hasta 5.000 euros en la instalación de nuevos conductos”, explica la ortodoncista de Granada.

Otros sistemas diferentes al nebulizador son los de luz ultravioleta o las máquinas de ozono, cuyos precios pueden llegar a alcanzar los 6.000 euros.

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