jueves 25 abril
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El éxito de no perderse en el horizonte

Al igua que hicieran otros antecesores en la historia reciente del Granada CF, Oltra solo firma un año con la intención de no diluirse en proyectos de larga duración

José Luis Oltra, a la izquierda, durante la firma de su contrato con Manolo Salvador. Foto: Pepe Villoslada (Granada CF)

José Luis Oltra ya ejerce como nuevo entrenador del Granada CF después de haber firmado su contrato. El técnico valenciano se ha comprometido por una temporada, quizás el tiempo mínimo pero al mismo tiempo el justo para evitar perderse en un horizonte de dudas como ocurrió con entrenadores que en la historia reciente del club firmaron por más tiempo y finalmente salieron antes de lo previsto.

Oltra llega al Granada CF por un año con opción de firmar otro en caso de ascenso a Primera División. Es lo que quería la propiedad del club y es lo que finalmente ha hecho que este se imponga a los deseos de Manolo Salvador de contratar a Luis García Plaza. La opción de Hierro se descartó por el riesgo de provocar un cisma en el club antes de empezar la temporada.

Pero la firma de un año no tiene por qué suponer desconfianza hacia un entrenador, sino querer hacer las cosas paso a paso. Así ha quedado demostrado en la historia reciente del Granada CF, en la que ya ha habido otros que firmaron por un temporada y no les fue mal del todo.

El ejemplo más práctico ocurrió con Fabri González, el técnico de los ascensos, con el que el club rojiblanco subió a Segunda en solo diez partidos y posteriormente logró regresar a Primera División tras 35 años. En esas, el gallego, cuando pisó el bronce, solo firmó por una temporada con Pina, aunque después este le brindó la oportunidad de entrenar en Primera porque así se lo había ganado, pero el contrato no superaba el año.

Algo similar le ocurrió a Lucas Alcaraz en la primera etapa de las dos recientes que ha vivido al frente del Granada CF. El granadino llegó para sustituir a Anquela en mitad de la temporada, renovó al final de la misma y solo lo hizo por un año. Aunque sobre la mesa podría haber seguido tras la permanencia en Valladolid, el técnico optó por dejar el club ante las constantes críticas y presión recibida por parte de la afición.

Hay un ejemplo que sin embargo no se tradujo en la misma situación. Fue el caso de José Ramón Sandoval, quien firmó por cuatro partidos al final de la 14/15 y después de unas dilatadas negociaciones consiguió renovar en la 15/16, aunque su proyecto hizo aguas al final de la primera vuelta y fue destituido por Pina.

Los proyectos que sí fracasaron fueron los que miraron más allá del final de la temporada. Ocurrió con Juan Antonio Albacete Anquela, que firmó por dos años fue destituido al mitad de su primera campaña; Joaquín Caparrós, en idénticas circunstancias que el jiennense y que tras firmar dos años duró 20 partidos; o el último en esta línea, Paco Jémez, que llegó para tres años y solo estuvo al frente del barco seis jornadas.

El último caso que demuestra que el Granada CF no es amigo de los contratos a largo plazo con entrenadores lo tiene en su poder Lucas Alcaraz, quien fue renovado después de perder en el Bernabeu por 5-0 por una temporada más con la intención de darle más galones en el vestuario y, sin embargo, no la terminó después de una derrota ante el Valencia.

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