El más difícil todavía
Abel Resino afronta el reto, por cuarta vez en su carrera como entrenador, de salvar a un equipo que estaba hundido a mitad de temporada
Abel Resino, en un partido en su anterior etapa en el Granada CF. Foto: Álex Cámara
Abel Resino sabe donde se mete. Al menos teniendo en cuenta los datos del técnico toledano en otros tres retos que tuvo que afrontar a mitad de temporada. En 2007, 2012 y 2013 el ahora entrenador granadinista afrontó situaciones similares de las que salió airoso, aunque nunca tan críticas como a las que tiene que enfrentarse ahora.
El exjugador del Atlético de Madrid tuvo que remontar la decaída situación del Levante, el Granada CF y el Celta, consiguiendo la meta para la que fue contratado y a que ahora se le ha encomendado: lograr la permanencia un año más en Primera División.
Sin embargo, en ninguno de los tres precedentes en los que Resino tuvo que esforzarse para evitar la 'quema' de los equipos que lo contrataron, el entrenador lo tuvo tan difícil, al menos sobre la estadística.
En la campaña 2007, Resino llegó para sustituir a López Caro, quien tras 19 partidos fue destituido como entrenador del Levante, ocupando puestos de descenso directo, con solo cuatro victorias, seis empates y ocho derrotas. Tras su llegada, el equipo granota logró salvar la categoría, gracias en parte al haber sumado seis triunfos y otros tantos empates que le permitieron sumar 24 puntos, que sumados a los 18 de su antecesor posibilitaron la permanencia un año más en Primera División.
Resino pasó después por las filas del Castellón, al que dejó séptimo en Segunda; del Atlético de Madrid, en el que fue destituido tras siete jornadas; y al Valladolid, con el que consiguió la séptima plaza que daba opción al play off de ascenso que no logró.
En la temporada 2011-2012, una derrota del Granada CF en Cornellá ante el Espanyol supuso el último partido de Fabri como entrenador granadinista. Abel Resino fue el elegido para hacerse cargo del equipo en la jornada 20 y en una situación mejor que la de ahora. Así, los rojiblancos tenían 19 puntos y estaban en puestos de descenso directo. Con la llegada del nuevo entrenador, el equipo de la Alhambra sumó siete victorias, dos empates y diez derrotas, que sumados a los existentes fueron suficientes para lograr la permanencia en Vallecas en la última jornada, aunque con el descenso en los talones.
La tercera y última experiencia que Abel Resino había tenido que afrontar hasta ahora era la del Celta de Vigo en 2013, cuando tras el cese de Paco Herrera el toledano llegó a la ciudad gallega para tratar de sacar del pozo a los de Balaídos. Lo consiguió, aunque no sin sufrimiento. Cuando 'aterrizó', Resino tuvo que sumar cinco victorias, dos empates y siete derrotas para sacar al equipo del descenso. Los 17 puntos fueron suficientes para sumar a los 20 existentes y salvándose en la última jornada ante el Espanyol. De hecho los vigueses eran colistas a dos jornadas del final.
Ahora, Resino tendrá que conseguir números estratosféricos para sacar al Granada CF de los puestos de peligro. Con solo dos victorias y ocho empates, el equipo rojiblanco tiene 14 puntos. Muy lejos de los casi 40 puntos que el equipo deberá sumar para salvarse. Si alguien da más por este Granada ese es Resino, que busca el más difícil todavía.
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