jueves 25 abril
LA CRÓNICA HORIZONTAL  |   | Luis F. Ruiz

El miedo no entiende de justicia

Con las jornadas que quedan ser contemplativos no da puntos · La angustia no debe tomar el poder, quedan 30 puntos todavía en juego

Momento en el que el bético Vargas comete la falta que supuso la segunda amarilla. Foto: Álex Cámara

Momento en el que el bético Vargas comete la falta que supuso la segunda amarilla. Foto: Álex Cámara

Cuando solo quedan diez jornadas para el final de Liga, cuando la necesidad apremia y cuando un equipo necesita puntuar como el comer, el miedo no puede ser el que tome las riendas en momentos concretos de según qué partidos, como así sucedió en el Benito Villamarín.

La falta de ambición de José González y sus hombres, cuando estaban en superioridad numérica, quizás es comprensible en otros momentos de la temporada, pero no ahora, cuando la soga al cuello aprieta -menos que hace dos semanas- a un equipo que necesita salir de abajo.

El Granada CF fue decidido a arañar como mínimo un punto y se vino de vacío. Hubiera ocurrido lo mismo si el equipo definitivamente va a por el partido y el Betis se hubiera llevado el partido a la contra. Sin embargo, el sumar cero puntos no debe tampoco encender ninguna alarma para una temporada que empieza a quedar claramente decantada hacia un gran número de puntos para salvarse.

Quedan 30 en juego todavía. Diez partidos. Un mundo en el fútbol cuando la permanencia solo está a uno de distancia. Y ello invita a no angustiarse por lo ocurrido en Sevilla.

Como era de esperar, en el primer partido en el que las dudas han regresado a la defensa, sobre todo a balón parado, el partido se le escapó a los rojiblancos, que volvieron a encajar un gol después de dos partidos sin hacerlo y se quedaron sin portero, aunque todo apunta a que la roja de Andrés Fernández será recurrible. De lo contrario le tocará el debut a su 'primo' futbolístico.

Independientemente de ello, el Granada CF jugó con el tiempo, con el marcador y con la superioridd numérica, consciente también de que ahora tiene dos partidos en los que puede y debe reconducir la situación en casa. Hay quien hace cuentas de la lechera, otros tiran de calculadora jornada a jornada.

Sea como fuere, el decir que se merece más en los partidos, que el choque está controlado o que la derrota es injusta no sirve más que para poner paños calientes a una actitud protagonizada por el miedo. Y en lo que queda de temporada, la falta de atrevimiento se paga caro.

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